Tiempo añadido y locura del fútbol en Linarejos

El Linares Deportiva suma siete puntos de nueve posibles en este inicio de temporada. Ayer prosiguió su racha intratable en Linarejos gracias a un partido vibrante y agónico que se decidió en el tiempo de descuento. De momento, los de Alberto González no están mostrando un juego brillante ni dominante pero su gen competitivo y su puntualidad goleadora son determinantes.

En Linarejos, en la primera jornada, el Linares había mostrado su cara más intensa y vertical pero, en esta ocasión, el choque comenzó por otros cauces. Los primeros veinte minutos fueron de dominados por el Sanse y el cuadro minero ni hilvanó posesiones ni generó ocasiones. La espalda de Rodri y Callejón fue un filón que los de Luis Ayllón supieron explotar constantemente en base a dos acciones. La primera fue filtrando balones a su espalda, conectando con pases cortos en salida de balón que limpiaran líneas de pase en tres cuartos. La segunda, por su parte, fue buscando directo a uno de sus delanteros, los cuáles supieron aguantarla y dejarla de cara para sus compañeros.

Por su parte, el Linares comenzó muy incómodo con pelota. La presión rival le dificultó la salida de balón y en ese contexto ni Rodri ni Callejón pesaron lo esperado. Se abusó del inicio por fuera y del balón en largo. Además, el conjunto madrileño estuvo mucho más vivo para ganar duelos y segundas jugadas, por lo que la dinámica era claramente visitante. Sin embargo, Alberto González ajustó un aspecto que permitió al Linares comenzar a costar en el choque. Intercambió las posiciones de Duarte y Fermín, pasando el primero a banda izquierda para que el segundo centrase su posición detrás de Samu Corral. La intención era subir la calidad técnica entre líneas para intentar conectar alguna acción ofensiva de peligro y, aunque el ajuste no volteó la dinámica de juego, sí permitió al equipo sumar algo de presencia en campo rival. Y fue en el 26’ cuando el Linares encontró un premio que seguramente no esperaba. Lolo González ganó un balón frontal y Callejón, en semivolea, mandó la pelota a guardar. Los azulillos convertían su primera llegada de peligro, de igual forma que ya hicieron ante Mérida y Unionistas.

Con el paso de los minutos, y ya en la segunda parte, Alberto agitó el banquillo. Hugo sustituyó a un Samu Corral poco participativo y Aitor Gelardo debutó tras entrar por Edu Viaña. Y poco después, una lesión de Ernestas obligó a Samu Casado a saltar frío al campo pero el meta se activó tan rápido como sus acciones se lo exigieron. Por arriba estuvo seguro y valiente pero su momento llegaría en el descuento. Antes de ello, el Linares ya había conseguido igualar el choque a la baja, pues no subió excesivamente su nivel pero sí consiguió que el Sanse estuviese más incómodo. El choque agonizó al minuto noventa dejando lo mejor para el final. La expulsión de Fermín había embotellado al Linares en área propia buscando defender su renta y el Sanse olió sangre. A base de balones colgados metió el miedo en el cuerpo a Linarejos y, en el 94’, Ródenas cabeceó a la escuadra un centro lateral. Quedaban aún seis de añadido y los visitantes vieron que la remontada era posible. Pero volcados con todo en busca del 1-2, su propia valentía les penalizó. Un robo y una gran apertura de Arnedo ante la llegada de Duarte terminó con Hugo Díaz rematando en el punto de penalti el 2-1 definitivo en el 96’. El estadio minero ardió en gritos y la grada enloqueció. Pero aún quedaba tiempo para más, pues Samu Casado tuvo que aparecer para salvar un remate en el área pequeña. Un descuento de auténtica locura mantuvo los tres puntos en casa para un Linares que, de momento, sonríe de oreja a oreja.