Teoría de las rachas
P or más que unos y otros insistan en hablar de las rachas (buenas o malas, que de las dos clases dicen que hay) nunca tendrá este concepto el rigor necesario para ser tomado verdaderamente en serio. Y las cosas son así tanto en el fútbol como en la vida en general. Porque, por más que los profesionales usen y abusen de este término, hay que inscribirlo en la tendencia que todos tenemos a encajonar las cosas que nos acontecen en torno a un mismo negocio en sucesiones o períodos para darles mejor sentido, pero esa coincidencia no tiene valor objetivo ninguno. Otra cosa es que lo manejemos como una manera de entender el azar y la fortuna. A veces sentimos la sensación de que las alegrías acuden juntas y las desgracias, como se dice en Hamlet, en tropel, y a ese hecho lo calificamos así, pero la coincidencia es una apreciación de poco o nula solidez. Por ejemplo, desde hace unas semanas, vienen diciendo algunos que el Real Jaén está en racha y lo dicen asegurando que está obteniendo buenos resultados, que gustos hay de todas clases. ¿En verdad esto es así? Rachas buenas y rachas malas, hemos dicho que hay, pero ¿cuándo y cómo empieza una racha, cuándo podemos confirmar que estamos dentro de, por ejemplo, una buena onda?, ¿podemos acudir a La Victoria este fin de semana confiados en la garantía de estar en buen camino? ¡Ah, las rachas!, ¡y cuántas excusas se esconden en tu nombre! De todas formas, como terapia podemos pensar que, si nos sirven de alivio y aunque sean un placebo, qué más da si existen o no. Estamos tan incómodos con lo que está haciendo el equipo en sus resultados que, si da tranquilidad o esperanza hablar de eso, pues hagámoslo. Cuando ya no queda otra cosa a la que agarrarse. El Villanovense, como todo el mundo sabe, es el contrincante que visita La Victoria este fin de semana. De Villanueva de la Serena (de algo más de 25.000 habitantes) y fundado en 1992, ha tendido sensibles oscilaciones en la Segunda B. Este año se mueve por los lugares de privilegio. Aunque... hablando de rachas, no conviene olvidar que el primer significado que le adjudica el diccionario de la R.A.E a esta palabra es “ráfaga de aire”. (Ah, ¡el partido se presenta complicado y difícil!).