Sin fantasmas del pasado
El Linares se mide al Moralo CP, viejo conocido, en la segunda eliminatoria por el ascenso
Duelo de titanes en casa, así será la eliminatoria entre el Linares Deportivo y el Moralo CP. El conjunto cacereño, que quedó tercero de su grupo y eliminó al Horta en la primera de las eliminatorias, tiene unos registros como local que si bien no asustan, sí imponen respeto: dos derrotas en diecinueve partidos jugados.
El jugador de la selección Sub-21 Jorge Mercé fue el encargado de sacar las bolas correspondientes a la segunda mitad del sorteo, cuando apareció la del Linares Deportivo; antes, la hizo la del Moralo CP cuando los equipos del bombo número tres comenzaban a escasear y de no aparecer el nombre de los azulillos pronto les podía sentenciar a jugar ante un segundo de grupo. Por suerte, al menos en teoría, no ocurrió así, quedando encuadrados dos equipos con cercanía geográfica, lo que propiciará el desplazamiento de ambas aficiones tanto este fin de semana, de Linares a Extremadura, como en sentido inverso para el partido de vuelta, en el que se conocerá el equipo que pueda seguir peleando por el ascenso.
La consigna para el Linares parece clara, una vez más: intentar marcar en la ida, no regresar con un resultado adverso y hacer de Linarejos un fortín inexpugnable que les permita seguir soñando.
Con este enfrentamiento el conjunto de Juan Arsenal evita largos desplazamientos como podría haber sido el volver a Canarias con Unión Viera como rival o lugares alejados dentro de la Península si tuvieran que enfrentarse al Poblense, la Arandina o el Alavés B.
Lo que sin duda tratarán de evitar los jugadores es escribir de nuevo una hoja de tristes recuerdos en la historia del club con el Moralo como rival, como ocurría hace más de 20 años en una liguilla de ascenso. En esta ocasión, el Linares parte como favorito sobre el papel, aunque tendrá que demostrarlo en el terreno de juego.
El presidente de la entidad, Jesús Medina, se desplazó hasta Madrid para asistir en directo al sorteo en la Ciudad Deportiva de Las Rozas, en la sede de la Real Federación Española de Fútbol.
A muchos aficionados del Linares le habrá sonado muy mal en su cabeza el nombre de Moralo, y es que linarenses y cacereños tienen un pasado en común. Corría la temporada 1996/1997 cuando el conjunto andaluz necesitaba ganar en casa a unos extremeños sin nada en juego en la última jornada de la liguilla de ascenso. ¿El resultado? 0-1 para el Moralo y lágrimas en el equipo azulillo. Aquel grupo lo componían también el Tomelloso y el Ayamonte. El Linares busca la venganza por aquella derrota.
La peor noticia para el Linares fue conocer que su capitán, Jonathan Rosales, que se tuvo que marchar lesionado durante la primera mitad del partido de vuelta ante el Tenerife B, tiene una rotura del tendón de Aquiles que le mantendrá apartado de los terrenos de juego entre seis y ocho meses. Duro mazazo para los azulillos que pierden a una de sus piezas clave para los partidos más importantes de la temporada y buena parte de la próxima, pero a la vez es un estímulo para sus compañeros, que buscarán brindarle un ascenso a su capitán.