Poco vamos avanzando

    16 sep 2017 / 12:28 H.

    Ya sabemos que una golondrina no hace verano y que una lágrima no consigue que rebose un continente, pero tampoco está mal, y sobre todo es muy higiénico mental y psicológicamente, soltar de vez en cuando alguna, si se presenta la ocasión, la oportunidad y el motivo. El llanto breve y sentido anima el espíritu, sobre todo cuando es nostálgico. “El Antequera ha vencido esta tarde al Real Jaén, equipo que ha jugado en la Primera División”. Eran las palabras con las que se despedía el locutor del campo antequerano la otra tarde a través de los altavoces. Y a algún que otro jiennense que se había acercado por estas tierras malagueñas le vino un punto de melancolía y añoranza bien sentidas. Luego, después, venía la reflexión y el análisis de la situación a día de hoy. “Tres expulsiones y dos goles lleva nuestro equipo en los cinco partidos jugados”, decía uno del grupo, que ya tenía más de una cana. Y así no parece que vayamos a recorrer pronto un camino glorioso de vuelta. (Los de los penaltis es muy bueno, ¡ojalá nos piten a favor todos los partidos cuatro o cinco! pero los mayores recordarán que antes, en los viejos tiempos, el gol conseguido de esa manera ni se celebraba. Incluso Pelé dice que “un penalti es una manera cobarde de marcar”. Un penalti es un engañabobos que sirve para puntuar y hasta ascender de categoría, pero que, si tienen mucho protagonismo, muestran también las insuficiencias del juego). De modo que en estas andamos. Un panorama de momento no especialmente prometedor si nos fijamos en los resultados conseguidos. Lo que pasa es que el fútbol, como tantas otras cosas, tiene la virtualidad de que las palabras no se agotan del todo y se pueden repetir una y mil veces. Y no solo en nuestro equipo. Si se echa un vistazo a la prensa en general, ¿en cuántos sitios no están a lo mismo? que si estamos empezando, que vamos progresando, que cada vez hay mejores sensaciones pero que aún falta... ¿Acaso no suena idéntico a los años anteriores? ¡Claro que a lo mejor mañana... ¿Por qué vamos a desesperar? Al final alguien habló del árbitro y otro le dijo: ¡cómo se nota que no has estado metido entre los aficionados del Antequera! Ellos sí que lo han hecho y hasta con disgusto y menudo enfado). ¡La vida!