Nostalgia en la vuelta a casa

No era un partido más de pretemporada. Se adivinaba especial, diferente. No por las caras nuevas, sino por la ausente. Por vez primera en años Linarejos buscó y no encontró el rostro de sonrisa perenne y barba poblada. Un ramo de flores y la camiseta con el “8” a la espalda acariciaban el césped con la suavidad con la que él, leyenda para siempre, movía la pelota. El hermoso gesto del Socuéllamos antes del comienzo del partido fue el preludio de la primera tarde-noche sin el capitán. El minuto de silencio posterior erizó la piel y con el silbido inicial la pelota empezó a corretear sin orden. Circuló sin premio por la línea divisoria del campo en busca de los pies que solían imprimirle sentido y velocidad. Fue en el minuto ocho cuando entendió el motivo de la desorientación. Linarejos se puso en pie y rompió en aplausos para recordar su legado, al tiempo que los seguidores de Infierno Azulillo mostraban la pancarta con el “8” y ETERNO. Fue el estreno de un gesto simbólico que se repetirá para siempre en el templo azulillo. Con el homenaje la pelota asimiló la pérdida y buscó consuelo en las botas de las hasta cinco novedades que presentó el once inicial del Linares. Miguel Rivera, de reestreno en el banquillo local, alineó a cinco de los seis fichajes: Gonzalo, David Cuerva, Luis Lara, Mario Martos y Casi. El exdelantero del Villanovense, con un remate de chilena, y Luis Lara fueron los más destacados y amagaron con abrir el marcador en una primera mitad de dominio minero. Con el segundo tiempo se puso en marcha el habitual carrusel de cambios de la época estival. Antes de salir del campo, Corpas fue uno de los más activos y creó peligro por la banda derecha ante un Socuéllamos que replicó con un disparo al travesaño de Álvaro. A cinco minutos del final, el delantero del Yugo Socuéllamos no perdonó y marcó el único gol del partido. El Linares, que arrancó con un triunfo a domicilio en el campo del Arquillos (1-4), encajó la primera derrota de la pretemporada en su vuelta a Linarejos. Un regreso cargado de emoción y nostalgia, especialmente para ella. Fue su primer partido sin Fran Carles.