Los goles que esperamos

Goles sin jolgorio en La Victoria. En una tarde plácida, el Real Jaén demostró que puede ser campeón de la liga terrenal (los cuatro primeros están descatalogados), y que tiene base deportiva para aspirar a subir un escalón la temporada que viene. Pero no hubo explosivas celebraciones en la castigada grada, que pareció anestesiada y a la vez tensionada por una situación institucional que por desgracia no es nueva. La vida son ciclos, aunque en el Real Jaén las etapas prósperas son demasiado efímeras. Sumidos de nuevo en el pozo de la incertidumbre, tres goles se vieron, pero creo todos los hubiéramos cambiado por otros que sí estamos ansiosos por celebrar. Que el golazo de Sergio Molina hubiera sido el anuncio de una nueva composición accionarial que aporte estabilidad y nuevos horizontes. Que el remate en semifallo de Nuno Silva hubiera sido un proyecto deportivo sólido, aunque siempre sujeto al azar de este caprichoso juego. Y que la sentencia a bocajarro del propio Sergio hubiera sido el dinero. Porque en un club cuyos ingresos ordinarios no dan para más que para ser mediocres en Segunda B, esa es la gran pregunta: quién pondrá los recursos necesarios para completar la goleada desde este nuevo partido decisivo. Pronto puede haber respuesta.