Un revés que destapa las carencias del Linares

El UCAM Murcia sacó a relucir todas las carencias de un equipo que se acerca peligrosamente a la zona complicada de la clasificación. Los errores defensivos condenaron al Linares, que jugó a ráfagas e incluso tuvo dos ocasiones clarísimas para empatar el tanto de penalti de César Remón, pero la diferencia entre un conjunto y otro estuvo en la calidad de sus jugadores. El conjunto de José María Salmerón, con lo mínimo, se llevó los tres puntos de Linarejos, un campo que se ha convertido en un calvario para los azulillos, ya que solo han ganado un partido y han encajado tres derrotas. El Linares llegará al derbi provincial con sensaciones que no invitan al optimismo, puesto que se miden con un Real Jaén que, a diferencia de los linarenses, está en el mejor momento de la temporada. Así, en lo referente al partido ante los murcianos, poco se puede decir, porque careció de buen fútbol. Con todo, en la primera parte fue el Linares el que más expuso sobre el campo, aunque fue incapaz de desbloquear el orden táctico del UCAM. Tanto es así que tan solo se puede mencionar un disparo de Francis Ferrón atajado por el meta visitante. El problema está en que, ante un colectivo con tanta calidad, no se pueden cometer fallos infantiles como los que propiciaron el tanto de penalti. Torres intentó, con la entrada de Kike Boula en el campo, que su equipo llegara más por banda para asistir con balones a Juanfran o Francis Ferrón. Sin embargo, los ataques linarenses se diluían cuando sobrepasaban la línea de tres cuartos. Javi Quesada pudo establecer el empate, pero de manera incomprensible, cuando lo más fácil era empujar la pelota en la misma línea de gol, mandó su remate fuera ante la incredulidad de los tres mil doscientos seguidores que se dieron cita en Linarejos. A renglón seguido, y en pleno asedio local, Francis Ferrón envió su remate de cabeza fuera por poco. El Linares desapareció del campo tras el segundo gol visitante, obra de Iván Aguilar. A partir de ese momento, con el público ya muy enfadado, el UCAM jugó a placer, hasta tal punto que el tercer y último gol murciano fue el reflejo de la impotencia de un combinado que necesita reforzarse para no comprometer su supervivencia en la categoría. Ahora solo queda ya pensar en el partido que tanto tiempo lleva esperando los lagartos y los mineros, en el que los azulillos necesitarán recuperar efectivos para presentar un equipo de garantías.