Hundidos en el descenso con un esfuerzo estéril

El Real Jaén se apaga ante el Mérida, no aprovecha sus dos ocasiones de gol y el tanto del exjiennense Hugo Díaz lo condena en un partido equilibrado

27 feb 2017 / 11:22 H.

Durante un cierto tiempo los medios de comunicación popularizaron, en base a la publicidad, el sistema sicológico que se llama técnicamente la pirámide de Maslow. Este fue un científico que se ocupó en ordenar las necesidades del ser humano, tratando de señalar qué importancia y urgencia tenía cada una y de qué manera las vamos cubriendo a lo largo de la vida. Necesidades de todo tipo, desde las más básicas, las de subsistencia, hasta las que en verdad nos adornan. Y para que mejor se entendiera el puesto de cada una elaboró un dibujo, a modo de pirámide, que permite visualizar en un momento de qué andamos más carentes.

No está muy claro si el señor Maslow estaría dispuesto a rectificar su catalogación, al observar el desarrollo vital en el que se mueven el club y el equipo del Real Jaén, especialmente tras el partido ante el Mérida, y el lugar de la clasificación conseguido. Ya no saben los expertos en crisis de totalidad si es que aún no ha desaparecido lo malo o está por llegar lo bueno. Lo más probable, pensará más de un aficionado escéptico, es que ambos terrenos están baldíos y todo se derrumbe a la vuelta de la primera esquina. Todo es demasiado complejo y duro.

Porque seguro que si un espléndido cabezazo de Óscar Quesada, en los primeros minutos, se hubiese comportado como casero atendiendo a nuestras necesidades, es decir, hubiese entrado en la portería en lugar de rebotar en el travesaño hasta podríamos estar hablando de una realidad alternativa. Pero no fue así y toda la primera parte transcurrió de manera equilibrada, con el Real Jaén que defendía casi con cinco, Cifu era más un defensa central que un medio centro, y dejaba jugar al contrario a la espera de alguna circunstancia que le permitiera adelantarse en el marcador. Así hubo más sosiego que revolución.

La segunda parte, hasta el momento del gol, se desarrolló en el mismo tono aunque con más fuerza y empuje. Ya sabemos que los futbolistas necesitan mostrar, durante su actuación, dos virtudes fundamentales: el interés y la calidad, la profesionalidad y el buen juego. El primer ingrediente, a diferencia de otras ocasiones, estuvo presente en el partido. Lo de la cualidad y el nivel futbolístico ya es otra cuestión por determinar.

El caso es que ya sabemos que el raciocinio es una reación bioquímica que, si se produce sobre el sistema límbico, disminuye la capacidad de pensamiento y del autocontrol. Los jugadores blancos, abrumados bajo el peso del gol, iniciaron un movimiento de acoso a la portería contraria que a punto estuvo de tener éxito en un remate de Bardanca. Pero de nuevo la dialéctica rico-pobre ahogó la perspectiva y ya los últimos minutos, con todo roto, sin horizonte a la vista, infinitamente desamparados, hicieron quizás el peor fútbol que se haya hecho nunca en La Victoria. Una pena, adobada además por la ramplonería de los visitantes que perdieron tiempo de una manera tan ostensible y desvergonzada como tampoco se vio nunca en un campo de fútbol.

De esta manera, puesto que el fútbol es a fin de cuentas una fe, una creencia y otro montón de cosas por el estilo, podemos aplicarle las taxonomías clericales. Y así los agnósticos, en terminología laica, serían los ya citados escépticos, los que mantienen algunas dudas de que el equipo descienda. Pero los ateos representarían a los convencidos de que el equipo ya es seguro que baja a Tercera. Y que, “plus minusve”, puede cumplirse lo que confesó Tommy Docherty: “Prometí al Rotterdam que le sacaría de Segunda División y lo hice: bajamos a Tercera”.

De todas maneras, si las necesidades vienen calificadas y definidas en la pirámide, como aquí las tenemos de todas clases y condiciones, ni pirámide ni pamplinas. Con un buen borrón basta, que a lo mejor trae cuenta nueva.

Antonio Maldonado preside el choque

Antonio Maldonado, consejero del Real Jaén, presidió el partido contra el Mérida ante la ausencia de Sergio Hitos, máximo responsable de la entidad. Maldonado fue el encargado de recibir a los dirigentes del conjunto emeritense. La entidad jiennense desconoce los motivos de la ausencia del máximo responsable del Real Jaén, que ocupa la presidencia desde el mes de octubre tras la renuncia de Higinio Vilches Pescador y Juan Carlos Hidalgo Mora. Por motivos de salud no estuvo en el compromiso contra el Atlético Mancha Real.

Tres partidos
y medio sin marcar un gol

El Real Jaén está peleado con el gol y esa falta de acierto lo hunde en el abismo. Los blancos no marcan desde que Sergio Molina batiera al portero Emilio Muñoz, en el partido disputado el 5 de febrero, en el campo del Atlético Mancha Real. Desde entonces han transcurrido tres partidos y medio: el segundo periodo en el estadio de la Juventud y los compromisos contra el CD Ejido 2012 (0-1), La Roda (0-0) y el Mérida (0-1). En total han pasado 316 minutos desde la diana anotada. El Real Jaén ha logrado 27 tantos desde el comienzo de la competición.