Froome muestra su poderío
y ya es el nuevo líder del Tour

El británico empaña su triunfo al asestar un puñetazo a un aficionado

10 jul 2016 / 11:46 H.

El ciclista británico Chris Froome (Team Sky) se impuso en la octava etapa del Tour de Francia, disputada entre Pau y Bagneres de Luchon sobre 184 kilómetros, en una jornada donde se produjo el mítico ascenso al Tourmalet y que le valió para ponerse el maillot amarillo, mientras que el español Alberto Contador (Tinkoff) volvió a perder tiempo con los favoritos. El madrileño aguantó casi toda la carrera rodando con el grupo de favoritos, pero a falta de 17 kilómetros comenzaron los ataques y Contador se descolgó. El del Tinkoff entró a meta un minuto y cuarenta segundos más tarde que Froome y se aleja considerablemente de la cabeza de la general.

El único ciclista de Tinkoff que ofreció algo de apoyo a Contador en los últimos kilómetros fue el polaco Rafal Mjaka (Tinkoff), pero acabó descolgándose a falta de 21 kilómetros, justo cuando más energías necesitaba Contador, pues poco después se producirían los ataques de Sky y Movistar. Además, Roman Kreuziger alcanzó al grupo de favoritos y en lugar de esperar a Contador luchó por una buena bonificación y entró el quinto por la línea de meta.

Por delante, el ataque que se produjo en los últimos kilómetros por Froome pilló por sorpresa a los favoritos, especialmente a Nairo Quintana (Movistar Team), al que Froome le metió 23 segundos en la general. El ciclista nacido en Kenia ganó la etapa tras atacar en la bajada del Col de Peyresourde y vencer en solitario. El actual líder de la general mandó un aviso a sus competidores, ya que las dos veces que se ha hecho con el Tour se puso líder en los Pirineos. La subida al Tourmalet se le hizo muy difícil a muchos corredores y acabó derivando en el primer abandono de este Tour. Al noruego Michael Morkov (Katusha) le pesaron mucho las heridas de la caída del primer día, donde también estuvo implicado Contador, y pone así punto y final a su participación en esta edición del Tour. La victoria quedó empañada por el puñetazo que lanzó a un aficionado.