Fiebre amarilla en La Salobreja

El portero Iván retrasa 33 minutos la victoria de un excelente Jaén Paraíso Interior FS

27 nov 2016 / 11:23 H.

Iván Bernad Calavia es un espigado portero de 21 años que ofreció un catálogo de paradas en La Salobreja. El aragonés fue un pulpo y sacó a relucir sus tentáculos para retrasar la victoria del Jaén Paraíso Interior durante 33 minutos. Por poco se le atraganta la Jota aragonesa a los amarillos, debido al recital de intervenciones. Iván lo paró todo hasta que fue batido por Dani Martín, que se merecía el gol por el trabajo colectivo e individual que ofreció. El salmantino estuvo colosal y ofreció a su equipo desborde por ala, asistencias y remate. En esa excelsa labor emergieron igualmente Mauricio —anotó el segundo gol— y Boyis. Ambos estuvieron fantásticos en la recuperación de la pelota y en la jerarquía que impusieron en la vieja pista —¿para cuándo un palacio de los deportes en la capital?—, lo que motivó que el partido fuera un monólogo del Jaén Paraíso Interior, porque el Río Renovables de Zaragoza ofreció una propuesta rácana y cicatera todo el encuentro. Su presión alta al inicio y comienzo de cada periodo fue un espejismo y fabricó ocasiones de gol con cuentagotas. Solo las apariciones de Modrego y Retamar sirvieron para que el conjunto que entrena Santi Herrero pusiera en apuros a Dídac.

El recital de Iván no desesperó a la “aceituna mecánica”. Los jugadores tuvieron la paciencia necesaria para esperar el momento definitivo para decidir el encuentro. El público entendió perfectamente el encuentro y agradeció las jugadas de calidad de los amarillos. La intensidad no bajó en el segundo periodo. El Jaén Paraíso Interior tenía las ideas tan claras que regresó a la pista cinco minutos antes que su rival y los dos colegiados del encuentro. La secuencia no bajó ni un ápice. El asedio fue tremendo y el Ríos Renovables se amparó otra vez en su seguro portero. Pero la resistencia era cuestión de minutos que se acabara. Solo por perseverancia merecían el éxito los locales, aunque su dominio se combinó con acciones de calidad. Dídac también tuvo que intervenir en dos acciones esporádicas hasta que Dani Martín hizo estallar la caldera de La Salobreja. El salmantino batió a Iván de un lanzamiento raso. Sus largas piernas no llegaron a un balón imposible. Ahí se abrió el camino del quinto triunfo de la campaña —cuarto consecutivo en casa—, que lo rubricaron Mauricio y Campoy con dos bellos tantos. El gol de Adri, que desempeñó la función de portero-jugador, resultó una simple anécdota en un partido completo de los locales, que ven más cerca el pase a la Copa de España. Son sextos en la clasificación con quince puntos, cinco de diferencia con el noveno. El camino está ya abonado y solo falta que la semilla brote en las siete jornadas que faltan hasta final de año.