España saca el billete a Tokio con el triunfo de Australia

El equipo oceánico será el rival en semifinales del Mundial, en el que es eliminado Estados Unidos

12 sep 2019 / 09:03 H.

La selección australiana de baloncesto será el rival mañana de España en las semifinales del Mundial de China después de imponerse ayer a la República Checa (82-70) en el Shanghai Oriental Sports Center, clasificando además a los de Sergio Scariolo para los Juegos Olímpicos de Tokio del año que viene. Australia se metió en la primera semifinal mundialista de su historia y volverá a topar con la selección española, ante la que buscará venganza tras perder hace tres años en la final de consolación de los Juegos Olímpicos de Río (89-88), decidida con un robo de Víctor Claver en los segundos finales. Ambas llegarán invictas a este duelo que asegurara una medalla al vencedor y reforzadas por sus sólidas victorias en cuartos de final ante las dos sorpresas del torneo, República Checa y Polonia. Por el camino, los “boomers” también batieron a selecciones de nivel como Lituania o Francia. En el partido más importante de toda su historia, el equipo checo logró aguantar el pulso a su rival durante 25 minutos (43-43), pero vivió un calvario en los últimos cinco minutos del tercer cuarto que liquidó cualquier opción de repetir sorpresa en cuartos, después de las eliminaciones de Estados Unidos y Serbia. Un parcial de 20-3 liderado por la inspiración en el perímetro de Chris Goulding, que encadenó tres triples, dejó a Australia al borde de la clasificación antes del último cuarto (63-46). Como mérito añadido, el arreón llegó cuando estaba en el banquillo su mejor hombre, Patty Mills. El base de San Antonio Spurs, máximo anotador del duelo con 24 puntos, se encargó de controlar el partido en los minutos finales con varias canastas de mucho mérito ante un rival que acabó doblando la rodilla y que tuvo en Patrick Auda, exjugador del Manresa, a su líder ofensivo con 21 tantos.

Tampoco bastó la sensacional dirección de juego de Thomas Satoransky (13 puntos y 13 asistencias), que acabó exhausto ante un adversario con más variedad de recursos, caso del mencionado Goulding (14), Andrew Bogut (10) o Matthew Dellavedova (9), en un día bastante discreto de Joe Ingles. De esta forma, Australia no sufrió en los últimos minutos y pudo reservar esfuerzos pensando en su semifinal contra España, que tendrá un día más de descanso. El primer billete para la final se pondrá en juego el viernes a partir de las 10.00 horas en el Wukesong Sport Arena de Pekín.

SORPRESA. La selección de Estados Unidos, indiscutible dominadora del baloncesto internacional durante la última década, cederá su corona en el Mundial de China después de caer derroatada ante Francia (79-89) en el cruce de cuartos de final, una derrota merecida de la que solo se salvó Donovan Mitchell (29 puntos), insuficiente para neutralizar al trío formado por Evan Fournier (22), Rudy Gobert (21 y 16 rebotes) y Nando de Colo (18). Desde el Mundial 2006, cuando Grecia le eliminó en semifinales, Estados Unidos había encadenado cinco oros internacionales entre Juegos Olímpicos (tres) y Mundiales (dos). Las ausencias de sus mejores jugadores NBA ha pasado factura en China y, tras el aviso en la primera fase ante Turquía, que libró en la prórroga, Francia ha sido su verdugo en Dongguan. Además, el equipo norteamericano se queda fuera de los cuatro primeros en un Mundial por cuarta vez en su historia, después de Yugoslavia'70, Filipinas'78 y Estados Unidos'02, y tendrá que vivir la 'deshonra' de luchar por los puestos del quinto al octavo, pelea en la que también estará la otra gran favorita en los pronósticos iniciales, Serbia. En el Dongguan Basketball Center no bastó la sabiduría de Gregg Popovich y Steve Kerr para neutralizar las ausencias de tantas estrellas NBA: LeBron James, Kevin Durant, Stephen Curry, James Harden, Anthony Davis, Kyrie Irving. Donovan Mitchell fue el único que soportó el peso de la camiseta con las letras USA en el pecho, pero a la hora de la verdad también sucumbió al gran pecado capital de su equipo en el campeonato, un excesivo individualismo.