El templo del deporte de Jaén

Es la casa del deporte jiennense, el pabellón que ha acogido competiciones de todo tipo y que ha sido testigo de excepción del paso de infinidad de generaciones de hombres y mujeres de Jaén. Se inauguró en la recta final de la dictadura y hoy en día, con sus limitaciones de aforo y deficiencias estructurales, es el punto de encuentro de entrenamientos y partidos amistosos y oficiales de los principales equipos de la ciudad. La Salobreja celebró ayer su 45 cumpleaños. La instalación fue inaugurada el 26 de abril de 1975 en un acto presidido por Juan Gich, delegado nacional de Deportes; Antonio Herrera, alcalde de Jaén, Ernesto Segura de Luna, presidente de la Federación Española de Baloncesto, Higinio Vilches Carrasco, delegado provincial de baloncesto, y bendecido por Miguel Peinado, obispo de la Diócesis de Jaén. La puesta de largo fue espectacular con un partido de baloncesto que entró en la historia por dos motivos. Fue la última Copa del Generalísimo y la despedida de los banquillos de un mito del basket, Pedro Ferrándiz. El Real Madrid se impuso con claridad al Estudiantes por 114-85 (59-44 al descanso) con un Pabellón de La Salobreja lleno a rebosar con unos 1.400 espectadores en las gradas que se quedaron maravillados por la pasarela de estrellas internacionales que pasaron por el parquet. Por el Real Madrid jugaron Vicente Ramos (6), Cristóbal Rodríguez (21), Wayne Brabender (24), Rullán (23), Clifford Luyk (20), Juan Antonio Corbalán (5), Cabrera (11), Prada (4), Paniagua y Beirán. Por su parte, el Estudiantes, entrenado por Fernando Bermúdez, alineó en Jaén a Martínez Arroyo (12), Gonzalo Sagi-Vela (26), José Luis Sagi-Vela (21), Cambronero (6), Beltrán (8), García (2), López (2) y Ramos (2). El compromiso fue dirigido por el madrileño Gárate y el canario Hernández Cabrera. Los blancos conquistaron su decimoséptimo título copero y se lo quedaron en propiedad al hacerlo por sexta vez consecutiva. Un mes antes aseguraron el campeonato de Liga con solo dos derrotas en la competición, ambas lejos de la Ciudad Deportiva, contra el FC Barcelona (90-77) y el Joventut de Badalona (89-80), aunque no pudo revalidar su éxito en la Copa de Europa al perder la final con el equipo italiano del Ignis Varese (66-79) disputada en Amberes (Bélgica). El epílogo de la jornada fue una cena en la Caseta del Condestable en la que Higinio Vilches Carrasco entregó al alcalde el balón con el que se jugó la final firmado por los jugadores de los dos equipos en una inauguración que fue una fiesta del deporte.