El Sierra de Segura CF está harto de la tierra

El club reivindica la colocación del césped artificial para estar a la altura del resto de pueblos de la comarca

11 feb 2016 / 11:22 H.

Ha llovido con fuerza en Cortijos Nuevos. Los charcos han dejado prácticamente impracticable el viejo terreno de juego de tierra. “Fernando Galiano ha decidido cambiar el entrenamiento al pabellón anexo porque es casi imposible esquivar los charcos. Es el único terreno de albero que queda en la zona. El presidente del club, José Manuel Martínez, siente “envidia sana” de sus vecinos de Orcera, Cazorla, Beas de Segura o La Puerta, a los que, en más de una ocasión, ha tenido que echar mano para organizar partidos amistosos ante la imposibilidad de poder utilizar el Campo Municipal de Montizón.

José Manuel Martínez no quiere pedir más favores. Su único deseo es que sus futbolistas y los chavales de la escuela de fútbol dispongan de los mismos medios que el resto de equipos. El dirigente no se queja del resto de la instalación. Más bien todo lo contrario. “Tenemos unos buenos accesos, los vestuarios y las gradas están bastante bien y el campo, en general, es bastante coqueto, solo nos falta cambiar la superficie”, confiesa. El Sierra de Segura CF, fundado en 1997, ha llamado a todas las puertas, desde la Alcaldía de Segura de la Sierra —de la que depende Cortijos Nuevos— hasta instancias más altas, pero no han dado ningún resultado.

El pasado domingo, antes de comenzar el clásico comarcal ante el Orcera, que reunió a más de trescientos espectadores en el estadio —una entrada ya quisieran para ellos muchos clubes de Tercera División—, la junta directiva, el cuerpo técnico, los jugadores y los familiares saltaron al anegado albero del Municipal con una pancarta reivindicativa en la que solo pedían una cosa: “Justicia deportiva”. “No pedimos unas instalaciones nuevas, solo que nos pongan césped artificial porque sabemos que sería muy positivo para el crecimiento del club”, defiende José Manuel Martínez. En Tercera Andaluza, solo el Mureño, el Mogón y el Sierra de Segura sigue jugando en viejos campos de tierra.