El orden natural

Y a se ha hablado en alguna otra ocasión, en este comentario, de lo que los filósofos llaman “el orden natural de las cosas”, una expresión que, analizada con profundidad, plantea interrogantes complejos. ¿Podrían las montañas estar en el suelo situadas al revés, es decir, con los picos abajo y la base arriba?; ¿podrían los seres vivos desarrollar su vida al revés, es decir, empezando por la muerte y acabando por el principio?; ¿y lo del coito y el nacimiento, que ha sido objeto de tratamiento por tantos moralistas, es decir, que primero naciera el niño y la cópula se llevara a cabo pasados los nueve meses de rigor? Pues no. Ni lo de las montañas, ni el nacimiento y muerte ni lo del coito. Nada de eso porque hay un orden natural de las cosas. En el fútbol es muy frecuente que la impaciencia de algunos empuje, para asegurar un triunfo, a tratar de meter el segundo gol antes que el primero y, naturalmente, este es un procedimiento que lleva a la catástrofe. Todo poco a poco y en su orden natural. Pues en el partido de ayer se aplicó lo dicho, el orden natural de las cosas, porque el equipo, el Real Jaén, que es el que hasta ahora tiene con mucho los mejores méritos para ser los primeros, pues ha dado un paso más para consolidar esa primacía. Y así es la realidad, diría Aristóteles y cualquier otro filósofo también lo aseguraría: las cosas son lo que son y el universo tiende a ello, a lo que debe ser de acuerdo a la lógica. Ahora bien, como la especie humana, o sea nosotros, tendemos a complicar las cosas por aquello de la razón y los sentimientos, nos entra la duda y nos preguntamos, por ejemplo: con todo lo que costó ganar ayer tarde ¿y si en lugar del Alhaurín de la Torre, equipo arriesgado pero al fin y al cabo de mediano nivel, hubiese sido uno de la liguilla de ascenso?, ¿y ese otro dato que asegura que con los equipos grandes hemos fallado en parte?, ¿qué pasa con lo del orden natural? Pues tranquilos porque también cabe esta otra pregunta: ¿no decíamos, cuando disputamos este año la Copa del Rey, que eran los mejores partidos que habíamos jugado? Pues eso. Y ya veremos.