El Linares explota sus virtudes con buen fútbol

El equipo de Miguel Rivera volvía a Linarejos con la necesidad de dar a su afición una alegría después de tres partidos en casa sin ganar. Y en una fría tarde, el Linares calentó a la grada con uno de los partidos más serios de la temporada. A modo de prólogo, y a sabiendas de la injusticia de destacar un nombre por encima del resto tras una excelente actuación colectiva, se hace obligatorio detenerse en el comienzo de temporada de Rodri. El centrocampista azulillo dio una exhibición de juego, control, orden y hasta defensa en la sala de máquinas. Fue siempre un apoyo cercano al poseedor del balón, el “8”formó un triángulo con Joselu y Corpas que empieza a funcionar con unos automatismos dignos de elogio.

El extremo volvió a ser ese futbolista incisivo, profundo y fino en sus conducciones que desarbola por banda con una fortaleza física sobresaliente. En el caso de Joselu ha decirse que su adaptación al lateral es una de las principales causas del buen juego de su equipo. Contar con un centrocampista en su puesto mejora siempre la circulación de pelota pero es que además se está mostrando inconmensurable en defensa. Con un once que parece asentado como titular, el Linares comenzó el choque intentando llevar la iniciativa pero El Ejido con una presión notable pareció de inicio complicarle la tarea. Sin embargo las primeras ocasiones locales empezaron a meterle un poco atrás. En el minuto 14 la tuvo Mario Martos. Corpas la colgó al segundo palo y el mediapunta, sin dejarla caer, la mandó cerca del palo izquierdo. Poco después fue Curto el que probó suerte desde lejos sin fortuna. El Linares empezó a ganar continuidad en sus posesiones, gracias sobre todo a Mario y Rodri. El “10” se movió genial entre líneas facilitando a Rodri encontrarle. Además, tras pérdida, el cuadro de Rivera estuvo muy intenso, lo que incrementaba esta dinámica. El Ejido avisó con un disparo lejano de Gabri que al larguero pero poco después el Linares encontró premio en el 36. Casi luchó un balón largo, lo ganó y consiguió dejarlo de cara para Cuerva, que regaló el gol a Mario Martos en el mano a mano. Este equipo no solo ha aprendido a penalizar los fallos rivales sino que además los provoca, en un claro síntoma de madurez. En el descanso Alberto González movió ficha para intentar remontar y tras los primeros 5 minutos pareció mejorar. Sin embargo de nuevo un par de sustos le metieron el miedo en el cuerpo. Curto la envió contra el palo de cabeza en el 53, en lo que fue un preámbulo de lo que acontecería dos minutos después. Joselu, Rodri y Corpas triangularon por derecha, el “7” la puso perfecta con rosca al segundo palo y Casi apareció para mandar el balón a la red, hecho que hace dos jornadas se le escapó. Linarejos estalló y coreó su nombre. La grada sabe de su trabajo e implicación y estaba deseosa de poder darle al delantero lo que tanto necesitaba. Con el 2-0, González mandó arriba a los suyos a sabiendas de los huecos que podía dejar atrás. No llegaron las ocasiones pero la pelota pasó a su poder. El partido parecía pedir a Luis Lara para potenciar las contras pero aquí Miguel Rivera dio una lección en la dirección de campo. Sacó del campo a Mario en el 77’ e introdujo a Fran Lara. Rodri pasó a una mediapunta que nunca llegó a ocupar y formó un triángulo en la medular con Cuerva y Lara que terminó de cortocircuitar al rival. El Linares lanzó menos contras pero recuperó la posesión y empezó a defender con balón, disolviendo el posible arreón del Ejido como un azucarillo. Con Cuerva y Lara formando un doble pivote eminentemente defensivo, el equipo sostuvo con brillantez su transición ataque-defensa, el rival no enlazó a penas ataques, y los de Rivera durmieron el partido hasta su pitido final. Tres puntos más, seis en toda la semana y sensaciones de que este Linares empieza a estar muy rodado, más allá de un resultadismo que no debe cegar.