El Jaén Rugby crece con una victoria a base de perseverancia
El equipo de División de Honor B se impone al CAR Sevilla con un impecable trabajo colectivo (16-6)

El trabajo realizado la pasada temporada fue más importante de lo que reflejaron los resultados. El Jaén Rugby sentó las bases para el Proyecto en División de Honor B y le concedió una oportunidad a las promesas de la cantera, que aprendieron de los veteranos. El primer triunfo llegó en la segunda jornada al vencer el colectivo verdeoliva al CAR Sevilla por 16-6. Fue un éxito importante y a su vez necesario, que confirmó el crecimiento del equipo ante un rival que domino, pero que se rindió, finalmente, ante la perseverancia del Jaén Rugby. Fue un partido muy igualado, jugado a un gran ritmo. Es cierto, que ambos conjuntos estuvieron más tiempo en campo jiennense, pero los locales supieron tapar cualquier vía de por los ataques sevillanos. Los jugadores entrenados por el tándem Macchi–Castro defendieron con intensidad y atacaron con un alegre juego a la mano. Sin embargo, los primeros puntos llegaron con el pie. Los dos especialistas tuvieron la oportunidad de adelantar a sus equipos. Lo hizo Sebastián Montes, apertura de Jaén Rugby, que ya lo había intentado desde lejos sin éxito. Su segundo tiro pasó entre palos cuando los primeros 40 minutos ya estaban cumplidos. Con ese 3-0 se fueron los dos equipos al vestuario.
La segunda parte fue similar. Intensidad, mucho ritmo y pocos puntos. Pedro Ciaurriz, apertura de CAR, transformó una de las pocas indisciplinas cometidas por los jiennenses. El 3-3 llegaría a los cinco minutos de la reanudación. Y a los diez, Jaén Rugby se pondría de nuevo por delante. Su ataque rondaba la línea de ensayo cuando en un ruck, el 1 sevillano, utilizó el pie para obstaculizar la salida de balón por parte del medio melé de Jaén Rugby, Agustín Carranza. Golpe de castigo que Montes convertiría en otros tres puntos: 6-3. Esos puntos sirvieron estímulo para los verdeoliva. Juan Castro sumó metros ganados y en una de esas incursiones en campo contrario, los jiennenses provocaron un fuera de juego. Nuevo golpe de castigo, este a unos 40 metros de distancia de los palos, y otros tres puntos más (9-3). Quizás otra de las virtudes que llevó al equipo jiennense a la victoria fue no dar el partido nunca por ganado. Los jugadores creían en la victoria, pero quedaban por delante veinte minutos y el 9-6 llevó la inquietud a la grada, con una afición que fue clave para el 16-6, con los puntos, más la transformación del ensayo logrados por Luis Alberto Enrique.