Dos caras diferentes para
ceder el primer empate en casa

El Linares cosechó su primer empate de la temporada en Linarejos tras un partido en el que exhibió dos caras muy diferentes en cada mitad. Chendo hizo su quincuagésimo gol como azulillo para abrir la lata, pero una versión pobre de los mineros en el segundo acto dio alas a un Almería B que, con justicia, rascó un punto.

Juan Arsenal dispuso su once de gala reciente con la única salvedad de la suplencia de Rodri a causa de una gastroenteritis que le ha tenido toda la semana bajo mínimos. Cervera ocupó su rol y lo hizo con total garantía, pues firmó unos primeros cuarenta y cinco minutos sobresalientes. Fue el motor sobre el que giró todo el fútbol azulillo, con liderazgo y precisión de cirujano. El centrocampista dejó una paleta de golpeos bombeados exquisitos a espalda de la zaga rival para que tanto Chendo y Aguilar arriba como un muy vertical Dani Espejo dañaran a la zaga almeriense. El Linares mostró toda su versatilidad hasta el descanso, combinando posesiones fluidas con un fútbol directo sobre sus dos puntas que resultó bastante efectivo. Tanto Chendo como Iván estuvieron muy finos ganando cada balón frontal para dejarlo de cara o peinarlo al espacio para sus compañeros. El 1-0 en el 31 llegó tras una conexión entre Josema y el pichichi minero, en la que el central ganó un balón alto y lo lanzó sobre la defensa rival para que Chendo fusilara a la red.

Sin embargo, el primer contratiempo del partido llegó con la lesión de Fran Carnicer, que estaba ocupando muy bien zonas interiores entre los mediocentros azulillos y la zaga rival. Isra entró en su puesto, pero no estuvo tan acertado como Fran y el equipo bajó enteros. Tras el paso por vestuarios el partido bajó en ritmo y ahí, con más espacios, el Almería B comenzó a transitar con peligro. Arsenal intentó solventarlo dando entrada a Rodri por Josema y pasando a un 4-3-3 que le permitiese juntarse más en el centro del campo. El cambio no resultó y el equipo se hizo mucho más largo. Y ahí, con espacios por dentro cuando los delanteros ya no podían ir a la presión y con una zaga que se aculó más que otras veces, el Almería encontró el empate. Albiar igualó el choque a falta de poco más de quince minutos para el pitido y el tramo final fue más corazón que cabeza para el Linares. Además, los azulillos se fueron cargados con hasta siete tarjetas amarillas, algunas de las cuales acumularán suspensión, en un arbitraje bastante polémico.