Capra y Lamperti imponen su juego psicológico para vencer a Ruiz y Rico

23 may 2019 / 11:14 H.

En el segundo turno de la mañana en la pista central, con la Catedral como espectadora de excepción, se medían los argentinos Lucho Capra y Miguel Lamperti, números 18 y 11 del mundo respectivamente, a la pareja española compuesta por Víctor Ruiz y José Rico, en la que la diferencia de nivel no se notó en exceso hasta llegar a los puntos decisivos del primer set, donde los favoritos mostraron su condición. A partir de ahí, el partido no tuvo color.

La dupla española afrontaba el partido con la ilusión de ganar e igualar su mejor resultado del año, los octavos de final conseguidos en las dos últimas citas (Vigo y Alicante) y así lo demostraron desde el primer momento. El servicio fue clave en la primera de las mangas, donde las dos parejas se mostraron fortísimas en este aspecto y si ceder puntos de quiebre a sus rivales. Los juegos avanzaban y nadie lograba ganar los suficientes puntos al resto para que el marcador se les pusiera de cara. Lo que sí se podía comprobar, conforme se acercaba el final del set, es como los argentinos, sobre todo Lamperti, siempre muy expresivo, y celebrando cada punto trabajado como si se tratara de una jugada decisiva, ganando la batalla moral.

Ruiz y Rico servían para igualar a cinco el primer set cuando se llevaron una rotura de servicio clave que les hacía ceder la manga. Lamperti consiguió dos puntos ganadores enviado la bola fuera de la pista e impidiendo que sus rivales pudieran devolverla.

El “break” final supuso mucho más que perder el primer set, se convirtió en una losa para Ruiz y Rico, que tras el paso por el banquillo volvieron a pista completamente fuera de partido. La dupla argentina aprovechó esa amplia diferencia mental para traducirla en el marcador, y desde un primer momento se impusieron en el juego, rompiendo una y otra vez el servicio de la pareja rival, algo que tanto había costado en la primera manga del partido.

Los argentinos se gustaban y la grada el público lo agradecía. Lamperti llevaba el mando en la pareja y Carpa obedecía a cada orden. “Esa corta”, y Luciano respondía con una bola cortas. “Muy larga ahora”, y el joven acataba lo que Lamperti mandaba. “Lucho” se convirtió en el soldado raso perfecto mezclado con un muro inexpugnable. Devolvía todas las bolas sin fallo, y si el error de los españoles no llegaba, Lamperti terminaba logrando un punto ganador que hundía cada vez más a sus rivales, a quienes se les escapaba el partido.

Capra y Lamperti servían para 6-4 y 6-1, pero Ruiz y Rico no estaban dispuestos a decir adiós al torneo sin intentar hasta el último golpe que tenían en sus palas. Los españoles lograron romper el servicio y sacaban para situar en el marcador un 3-5 que podría inquietar a sus rivales, pero fallaron. La dupla argentina logró ganar los tres primeros puntos, no convirtiendo el break hasta la sexta bola, ganando el partido.