Cánticos, bengalas y mucha fiesta

“Jaén no tiene enormes centros comerciales pero tiene el Chino más grande de toda España”

22 mar 2018 / 09:12 H.

No era un día más en la capital y los bicampeones del Jaén Paraíso Interior se dieron cuenta incluso antes de acercarse si quiera al Palacio Provincial de la Diputación. Otra vez la marea amarilla. La misma que les acompañó durante todo el fin de semana y que se plantó en Madrid para que sus chicos jugasen como locales para poder brindarles esta gran fiesta. Más de 2.000 personas inundaron el centro de Jaén desde horas antes de que el autobús amarillo hiciera aparición. Con imágenes más propias de festivales y con el mismo ambiente, el humo —por supuesto también amarillo— de las bengalas fue la señal que confirmaba los comentarios nerviosos de los más adelantados, “ya están aquí”. Los jugadores no daban crédito, los aficionados literalmente movían el autobús hasta llevarlo a las puertas de la Diputación. Cientos de flashes y pantallas de móviles se levantaron en un instante dejando una deslumbrante postal que quedará guardada en la retina —y también en Instagram— de un equipo que no quiso perderse ni un solo detalle de la que fue su fiesta. Uno a uno fueron bajando ante el intenso griterío que del que rápidamente se contagiaron todos los jugadores. Como una gran familia y con una sola voz, los amarillos hicieron piña en la misma entrada para devolver todo el cariño recibido. Cánticos y más cánticos, recuerdos para el Inter y para la gorra de Ricardinho, pero esta vez los protagonistas eran ellos.

Los gritos de “¡Chino quedate!” imperaron en todo momento y es que Chino anoche no quería irse, estaba en casa. La plaza de San Francisco no dejó de rugir en toda la noche y cuando por fin el Jaén Paraíso Interior volvió a hacer acto de presencia, esta vez desde el balcón, el clamor de los aficionados hizo retumbar hasta la mismísima Catedral. Y es que Jaén se merecía esta fiesta, por el pequeño presupuesto, por la modestia del equipo, porque una vez más David se vistió de amarillo y derrotó a Goliat. Los campeones de España brindaron este pequeño regalo a la afición y Jaén se lo devolvió con un imborrable recuerdo.