Benzema siempre acude al rescate

Dos goles del francés le bastan al Real Madrid para clasificarse a octavos como campeón de grupo

10 dic 2020 / 09:53 H.
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El Real Madrid se alejó del drama al certificar su presencia en los octavos de final de la Liga de Campeones después de ganar, con autoridad y buen fútbol, al Borussia Moenchengladbach (2-0) en la sexta y última jornada de la fase de grupos, gracias a los goles de Karim Benzema, que dejó resuelto el envite en el tiempo de descanso con un doblete. El equipo de Zidane acabó muy pronto con la incertidumbre. Tan solo necesitó nueve minutos para convertir la supuesta épica en una obligación: ganar al séptimo clasificado de la Bundesliga y salir campeón del grupo para allanar su camino en octavos. La noche fue redonda para los blancos, que firmó uno de los mejores partidos de la temporada liderado por Modric.

El croata gobernó el centro campo a su gusto, cuajó una actuación memorable y de sus botas nació el 1-0 tras un robo que confirmaba la ambición del 13 veces campeón de Europa. Los blancos no fallaron ante esta descafeinada final, demostrando que cuando tienen que dar el do de pecho, lo dan, sacando los galones que le hacen reinar en Europa. Esta película ya la había visto muchas el Real Madrid. Modric fue el encargado de sacar el telescopio, asociarse con Lucas Vázquez -que le quitó el sitio a un recuperado Carvajal- y Benzema hizo el resto con un testarazo inapelable para Sommer. El gol dio alas a los de Zidane, sobre todo después de una ocasión de Thuram que detuvo Courtois. La noche seguía cuesta abajo para los de casa, cuyo dominio era total en todas la fases del encuentro. Tanto fue así que la vuelta de Sergio Ramos, la gran noticia en la previa del partido, pasó desapercibida ante el imponente primer tiempo. Para culminarlo llegó el 2-0, el de la tranquilidad, en una jugada calcada al primero de la noche. En esta ocasión cambió el arquitecto —Rodrygo por Lucas— pero el peón fue el mismo ejecutor. Benzema logró su octavo gol de la temporada con otro testarazo violento. Con los alemanes tirados en el ring, Modric estuvo a punto de poner la frutilla del postre con un lanzamiento exquisito, tras una pared milimétrica, que se estrelló en la madera, y un minuto después besó las redes, pero el árbitro lo anuló por fuera de juego de Varane. El croata lo mereció, y Real Madrid también, pero no se movió el marcador.

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