Voces comprometidas que llegan a cualquier rincón

Éxito rotundo del Festival Cantamos por Quesada Solidaria y Mensajeros por la Paz

17 mar 2019 / 18:11 H.

Solo con el corazón se puede ver bien”. Con esta célebre frase de El Principito comenzaba una noche llena de magia, la que es capaz de concentrar a cientos de personas en una hermosa tierra como es Jaén para ayudar a sembrar la fortuna y prosperidad que tanto necesitan otras recónditas zonas del mundo. El responsable de pronunciarla fue Juan Espejo, director de Diario JAÉN, encargado de presentar el Festival Benéfico Cantamos por Quesada Solidaria y Mensajeros por la Paz, y que, además, ha vivido en primera persona la labor que hacen ambas organizaciones a través de algunos de los viajes que ponen en marcha en los que ha estado presente. Espejo pidió expresamente que entre todos los asistentes escribieran un periódico que comenzaba en blanco, aunque les dijo que aportaran un elemento clave, el corazón.

Tras ello, dio paso a los primeros en hacer su aparición en el escenario, Charanda, que representaron su “historia de amor con el son latino”, con unos ritmos tan sabrosos como inspiradores. Tras su actuación, el maestro de ceremonias utilizó una frase de Bob Marley instantes antes de presentar a Julio Millán, presidente de Mensajeros de la Paz, que comentó la labor “tan esencial” que realizan en países como Haití o El Salvador. Los siguientes en actuar fueron Flamencubeando, que utilizaron unas raíces muy del sur para sembrar así su apoyo en otros lugares del mundo y que convencieron al público desde las primeros tonos de Lucía. La tercera parte comenzó con una frase de Nelson Mandela para dar la bienvenida al escenario a Basilio Dueñas, fundador de Quesada Solidaria, que dedicó unas bonitas palabras a todos los que hacen posibles las misiones de la organización. Y llegó el momento de la juventud de las manos y voz de Neela, que con su fuerza y poderosa voz dejó atónitos a los asistentes. Una nueva llamada al escenario, la de Luis Delgado, creador de la idea de la gala, explicó cómo surgió la iniciativa. Tras sus sentidas palabras, Juan Espejo presentó al siguiente grupo encargado de poner color, y en su caso amor, a la noche. Se trata de Amaranto y sus románticos boleros. El colofón final tuvo nombre de Vientos del Sur, por lo que la noche finalizó como había arrancado, con aires latinos. Así acabó la velada, dejando claro que la vida se convierte, para algunos, es una misión en la que ayudar es el principal objetivo. Para todos ellos, por los que usan sus vidas para cambiar la de otros, está dedicada la gala, para que sigan haciendo del mundo un lugar maravilloso y llenen de bonitos titulares lo que empezó por un periódico en blanco.