Una visita de altura

Recordó muchas de las historias vividas a lo largo de su intensa y extensa carrera periodística al entrar en uno de los establecimientos hosteleros más representativos de la capital jiennense. La mirada se fue directa a un micrófono, datado alrededor de los años treinta del siglo pasado, que le rememoró a aquel con el que el general Queipo de Llano emitió una de sus arengas radiofónicas de la época. Luis del Olmo protagonizó una visita de altura al Bar La Barra. Sus casi dos metros de estatura dan fe de que así lo fue.

Deslumbró nada más entrar por la puerta. Carlos de Pablo, su actual dirigente, quedó asombrado, maravillado y repleto de satisfacción con un cliente tan especial. Cualquier calificativo se queda corto para explicar lo que sintieron quienes crecieron con la voz de Luis del Olmo como sinfonía diaria de sus hogares y lo vieron en persona. De carne y hueso y, además, entregado totalmente a la causa. Y la causa no era otra que visitar la exposición que Diario JAÉN tiene en una de las tascas más reconocidas y conocidas de la capital. Al admirado periodista radiofónico le sorprendió la labor que realiza el periódico en la provincia con trabajos como este y observó con detalle las fotografías expuestas sobre la Feria de San Lucas.

La visita se produjo después de su segunda actuación en La Real Sociedad Económica Amigos del País. Lo acompañó el director, Antonio Martín Mesa, aunque tampoco faltaron a la cita la economista Inmaculada Herrador, el empresario Carlos Peinado y, por supuesto, la esposa del periodista, una entrañable Mercedes González. El presidente de DIARIO JAÉN, S. A., Eleuterio Muñoz, y el director del periódico, Juan Espejo, ejercieron de perfectos anfitriones. El barítono Luis Santana y Luis del Olmo probaron el mítico Rossini y, después de saborear las mejores tapas, se arrancaron a cantar. No fue por bulerías. Primero una ranchera, la de “Llorar y Llorar”, de Vicente Fernández. Después el Himno de la provincia de Jaén. A capela. Sublime.