Un paseo con sabor a aceite

El arqueólogo Vicente Barba dirige una visita guiada en el Museo de Jaén

31 ene 2018 / 09:18 H.

El Museo Provincial se convirtió en el escenario perfecto para viajar en el tiempo a través de los huesos de aceituna y conocer la importancia y relevancia del aceite de oliva en la historia de Jaén. Así comenzó la visita guiada El aceite de oliva a lo largo de la historia. En ella, los espectadores se dieron cita con Vicente Barba Colmenero, el arqueólogo que los acompañó por todas las estancias del museo para contar qué se esconde detrás de un análisis exhaustivo del producto más famoso y demandado de la provincia. “No hay que olvidar la importancia del aceite en la época romana. En los yacimientos arqueológicos encontramos huesos de aceituna desde la época ibérica. Lo que no sabemos a ciencia cierta es si ellos ya cultivaban el olivo o era un acebuche, es decir, un olivo salvaje, porque los huesos que hemos encontrado estaban fragmentados. Posiblemente lo hicieron. De lo que sí estamos seguros es que este cultivo data de la época de Augusto, en el siglo I A. C.”.

A través de la almazara romana de Cuétara, que destacaba por las piezas encontradas en ella, la de la Villa de los Robles, se realizó ese profundo repaso histórico, un encuentro que, por primera vez, se celebró en la provincia. “Nuestra intención fue acercar a la gente a la historia de aceite de Jaén e invitar a todos a una cata. Ello supone poner en valor nuestro oro líquido desde la historia y la arqueología. No entiendo cómo no se había hecho antes una visita temática de estas características porque, además, es que tenemos todos los elementos necesarios para hacerlo”, indicó Barba.

La visita duró una hora. Al concluir, los asistentes disfrutaron de la cata en la Sala Porcuna, organizada por el jiennense Alfonso Huertas, quien aseguró: “Contamos con dos variedades de aceite ecológico de Picual, uno procedente de Sierra Mágina y otro de La Loma, de Baeza. También probamos un Carrasqueño, típico de la Sierra Sur, de Alcaudete. Yo no suelo caracterizarme por inventar nada, pero con esta actividad hemos hecho algo nuevo y diferente. Unimos el patrimonio cultural con los aceites premium. Nuestra intención era doble. Por un lado, porque el arte es cultura viva, una interpretación de la realidad para saber cómo se ha trabajado el aceite a lo largo de la historia. Y, por otro lado, por su parte gastronómica. Se trabajó en esa visión, pero nunca desde el prisma cultural”.

Huertas destacó que fue un encuentro lleno de emociones y algunas esculturas íberas: “Ya hicimos una cata en Baños Árabes, acorde a otra temática. Salió de maravilla. Ahora hemos traído una visita muy especial que esperamos que haya gustado mucho a sus asistentes”.