Un mundo entre notas musicales

Javier García, músico autodidacta, compagina su trabajo en el campo con su amor por componer y cantar

20 dic 2021 / 12:38 H.
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Debe ser bonito eso de poder expresar los sentimientos gracias a las letras, acompañarlas de música y hacer canciones. Eso debió pensar Javier García cuando se vio un día con una guitarra en sus manos y comenzó en este complicado mundo de la música. De forma natural y autodidacta, conoció a un grupo de música con los que tocaba, bueno, más bien, él solo cantaba hasta ese momento, pero cuando hubo un momento en que el grupo dejó de tocar, se interesó por ir más allá y escribir, componer y tocar la guitarra. Desde entonces tiene claro que lo suyo es estar encima de un escenario. O de una calle, un monumento, una plaza o donde se precie porque lo que le gusta es escribir y cantar acompañado de su guitarra y eso, por suerte, puede hacerlo en cualquier parte gracias a su arte.

<i>El artista junto a Tomás Jiménez, uno de sus grandes apoyos.</i>
El artista junto a Tomás Jiménez, uno de sus grandes apoyos.

“Conocí a Tomás, que también es de Jódar, y me propuso grabar un vídeo porque lo necesitaba como trabajo en su carrera de Audiovisual y desde entonces es un gran apoyo y amigo. Desde ahí fue grabar un vídeo tras otro. No me esperaba tener tanto apoyo en redes. Nada más empezar, el segundo vídeo de la versión de Si no la tengo, ya consiguió casi tres millones de visitas. Vimos que hacíamos muchas reproducciones y que gustaba y que nos conocían. Así nació el proyecto Flamenco en la calle con versiones de artistas en diferentes rincones de Jaén provincia y de otros lugares”, explica el artista.

A partir de entonces, su fama empezó a crecer y ahora no deja de dar conciertos y recibir miles de mensajes en sus redes sociales, que es un motivo más para seguir en esto de la música, algo que tiene claro que es el camino a seguir, por su forma de ser y lo que le mueve por dentro: el poder cantar y escribir. “Cuando yo llegó a casa después de trabajar me pongo a escribir. A otra gente le da por ver la tele o por jugar a la play, pero a mí por escribir en mi cuarto. Me meto en los mensajes del móvil a veces si estoy fuera y escribo letras”, reconoce.

Además, no es fácil esto de estar en el mundo de la música porque lo compatibiliza con su trabajo en el campo. Por suerte, tiene el apoyo de sus compañeros, amigos y familiares para seguir con su sueño y con un horizonte que promete nuevos temas, composiciones y conciertos allá donde pueda estar. “El polvo de la oliva hace que la garganta sufra mucho, ahora tengo conciertos y mi cuadrilla sabe que tengo que faltar porque quiero seguir en la música y, por suerte, me lo permiten. Escribir para mí es muy importante y, a veces, es para hablar de cosas más tristes y otras más alegres. A mí siempre me salen letras de lo que me pasa. Siempre estoy con bolígrafo para escribir. Desde el primer momento me veía con ilusión y ganas de cantar y contarle a la gente lo que estaba haciendo. Y así voy a seguir, me queda mucho. Todavía no pienso morirme”, sentencia.

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