Un monográfico recoge los secretos de la Cámara de Toya
La obra repasa la historia del yacimiento desde su nombramiento como monumento
La Cámara de Tugia, también conocida como Cámara de Toya, cuenta con algo más de un siglo de vida como monumento reconocido dentro del Patrimonio Histórico en España, un título que consiguió en el año 1918. Con motivo del centenario, los investigadores Juan Pedro Bellón y María Isabel Moreno se propusieron realizar un catálogo que recogiera la evolución del yacimiento hasta la fecha, lo que desembocó en la publicación del monográfico Cien años de arqueología de un monumento: la Cámara de Tugia, que cuenta con el apoyo de la Diputación y el Instituto de Estudios Giennenses para su edición.
La sede de la Diputación Provincial fue el lugar elegido para su presentación, en un acto al que acudieron el alcalde de Peal de Becerro, David Rodríguez; el diputado de Cultura y Deportes, Ángel Vera, y los autores de la obra, Juan Pedro Bellón y María Isabel Moreno.
Rodríguez quiso aprovechar la ocasión para agradecer el apoyo de la Diputación no solo en la publicación de la obra, sino en las diferentes acciones realizadas alrededor de la Cámara de Toya: “Estamos dispuestos a invertir en la promoción y estudio y abrir nuevos proyectos, pero sabemos que solo con la iniciativa municipal habría sido imposible llegar hasta aquí”. Vera, por su parte, realizó un pequeño resumen sobre los contenidos del monográfico.
Bellón explicó que la idea de la publicación “parte de una exposición en la que estaba implicada mucha gente” que se realizó en el Museo Íbero con la intención de “recoger los elementos más importantes del monumento desde muchas perspectivas” para poder construir un “contexto” de la Cámara de Toya desde su protección como Patrimonio Historia de España hasta la actualidad.
“No puede existir el nombramiento de un monumento sin una investigación previa y ese nombramiento a principios del siglo XX sirvió para evitar la destrucción del yacimiento”, comentó Bellón, que incidió en la importancia de realizar un estudio integrador del “mundo de los vivos” junto a la necrópolis, de forma que el asentamiento también obtenga una distinción superior. “Para nosotros, más que un trabajo, esta publicación ha sido una oportunidad de reencontrarnos con Tugia”, dijo.