Un jiennense se convierte casi en el rey del chiste malo

Manu Arévalo, de Canena, llega a la semifinal del concurso de “Zapeando”

16 mar 2019 / 11:53 H.

Qué le dice un GIF a un JPEG? ¡Anímate, hombre!”. Ese fue el chiste con el que arrancó Manu Arévalo, vecino de Canena, en el concurso de chistes malos del programa de La Sexta, Zapeando. Su rival era Marga Merino, una mujer con un humor que gustó enseguida entre el público asistente. De todas formas, Arévalo se llevó también muchas risas y aplausos, tanto de audiencia como del jurado, que eran los propios presentadores del programa. Bajo la tutela de Cristina Pedroche, que los había “amadrinado”, fue ella quien dio paso a los dos participantes que luchaban por llegar a la final y conseguir los 1.326 euros del premio (el número total de programas que lleva encima Zapeando). Tras una intensa ronda de chistes, Cristina Pedroche tuvo que tomar la decisión final y, a pesar del buen humor y la chispa jiennense que desprendió Manu Arévalo, no pasó a la siguiente ronda. “Tiene un humor muy moderno, muy actual, me gusta”, dijeron desde la mesa. “Pero el rollo de Marga me mola más”. Así que finalmente fue ella la que continuó y se enfrentó a los elegidos por los otros “coach”.

Marga Merino volvió a contar chistes para vencer a Salvador Montiel y Rafa Molina. Tras otra ronda, fue la audiencia quien tenía la última palabras a través de votos en las redes sociales. Después de un recuento antes de finalizar el programa, Salvador Montiel fue el vencedor y se llevó a casa un cheque por valor de 1.326 euros gracias a los 3.340 votos conseguidos a través de Internet. Así, se alzó con la corona de Rey del Chiste. Marga Merino, por su parte, quedó en segunda posición y Rafael Molina, en tercera. Un ránking con mucho humor y chistes de gusto muy particular.

De esta forma, se ha dado por finalizado el primer concurso de “peor chistes” organizado por el programa, con antecedentes similares, girando en torno al humor, como el año anterior, cuando Cristina Pedroche y Miki Nadal se enfrentaban por ver quién era el mejor contando el peor chiste, realizando rondas rápidas entre el resto de miembros de la mesa, invitados e, incluso, el público asistentes. Sin embargo, esta ha sido la primera vez que el concurso ha dado un paso más y se ha “oficializado” con un premio en metálico. En esta ocasión, el jiennense Manu Arévalo no pudo hacerse con el premio, pero recibió mucho apoyo a través de las redes sociales, con ánimos para continuar con su “buen humor” y que no desistiera de volver a presentarse a una edición similar. Pues el humor de Jaén, se sabe, es internacional y no conoce fronteras.