Un invierno divertido y variado

Nueva jornada navideña de actividades para todos los públicos en la capital

31 dic 2017 / 00:26 H.

A prender y divertirse a la vez es posible. ¿Los culpables? Los cuentos. Esas maravillosas historias capaces de enseñar lecciones que sirven de por vida. Un cuento es manos de un niño abre la puerta a la cultura, al saber, y todo ello mientras pasa un buen rato con personajes de ensueño con los que fantasear y a los que admirar. Esto es algo que saben muy bien en la compañía Conchinchina, formada por Blas Rueda y Noelia Camacho, que se desdoblaron para ofrecer dos sesiones en los Baños Árabes y el Museo Provincial. Cuentos tradicionales, pero no tan conocidos, capaces de hacer soñar a los más pequeños, pero también a sus acompañantes. “Cuentos ilustrados que tienen tradición y que buscan que los niños quieran saber más y se aficionen a la lectura”, asegura Blas Rueda, la mitad de Conchinchina. Ejemplos como El joven que pintaba gatos, Cocodrilo, la princesa de Trujillo o la Perla del aceite son algunos qde los relatos que muchos de los asistentes escuchan por primera vez contados por dos apasionados de un arte que une enseñanza, diversión y aprendizaje, y todo a través de la magia de la lectura. Los relatos varían según la edad de los oyentes, “que son los verdaderos protagonistas, aunque todas las edades están representadas”. Unas jornadas en las que se contaron múltiples cuentos y que tuvo gran éxito de participación, en ambos lugares, con casi medio centenar de asistentes.

Las actividades que ofrece está compañía van mucho más allá y durante todo el mes de diciembre han organizado varios eventos, como talleres de reciclaje e ilusión óptica y una yincana cultural en la que niños y padres disfrutaron de una jornada en el museo, en la que el objetivo era localizar a un ladrón de guante blanco. La compañía tiene como objetivo enseñar y hacer que los más pequeños de la casa se diviertan y que regresarán con sus cuentos el día que los Reyes Magos visitan la capital desde Oriente.

Pero como toda fecha festiva, la música no podía faltar y, en esta ocasión, la aportaron los profesionales de las agrupaciones de la Rondalla y Coro de Albanchez de Mágina, que se trasladaron hasta el Palacio de la Diputación para poner en marcha un concierto en el que interpretaron temas variados de su amplio repertorio, con un vestuario propio y a pesar de no estar al completo, debido a que algunos componentes de la agrupación no pudieron asistir a la cita. Música de diferentes estilos se mezcló en el palacio con instrumentos entre los que no faltaron guitarras, castañuelas o bandurrias, mientras que los asistentes entraban y salían libremente con cara de satisfacción y mucho ritmo. Las actividades no cesaron ahí, puesto que son días de fiesta, de disfrutar del espíritu navideño y citas no cesan. Por la tarde, los Baños Árabes abrieron de nuevo sus puertas para invadirse de misterio y acoger una nueva entrega del teatro El rezo de Cruixa. Este lugar emblemático se convirtió en un pasaje del terror gracias al espectáculo Noches de Terror, protagonizado por el Laboratorio de Artes Escénicas, que dirige Julio Ángel Olivares, y que puso en escena una obra que rozó el miedo. Que tuvo una duración de treinta minutos, aproximadamente, con varios pases que agruparon entre doce y catorce personas. Media hora que hizo que muchos de los asistentes se quedaran con caras de miedo y vivieran momentos de tensión, unido a la diversión que ofrece un elenco de actores, muy preparados para la ocasión y que ya han visitado los Baños Árabes en más de una ocasión. Un conjunto de actividades que se enmarcan dentro de la programación de Palacios de Invierno, organizada por la Diputación y que seguirá su desarrollo durante las próximas semanas con actividades como cine, más música y teatro.