Un espejo por el que apreciar una rica y noble humanidad

La muestra nace con motivo de la celebración del décimo aniversario de la residencia de Altos del Jontoya

01 oct 2019 / 16:29 H.

Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana. La primera podría asemejarse a una vorágine de necesidades, creadas innecesariamente, que enturbian la percepción de aquello que es imprescindible. La empatía, solidaridad y humanidad en muchas ocasiones quedan relegadas a un segundo plano. Si bien, siempre hay una ventana. Y es esta la que conforma Mensajeros de la Paz, a través de la cual puede percibirse un mundo mejor.

Su filosofía no podría estar mejor recogida en el nombre que recibe la exposición fotográfica La Solidaridad en el centro de nuestro Corazón. Su inauguración se enclavó en el Aula de Cultura de la Diputación Provincial —donde permanecerá hasta el 4 de octubre— y que ha organizado la Asociación Edad Dorada-Mensajeros de la Paz en Andalucía. Al acto acudieron el presidente de la Diputación, Francisco Reyes; el alcalde de Jaén, Julio Millán; y la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, Maribel Lozano. Todos ellos intervinieron y arroparon al presidente de Mensajeros de la Paz, el Padre Ángel, y el presidente de la Asociación Edad Dorada-Mensajeros de la Paz en Andalucía, Julio Millán. “Se trata de una exposición singular porque nos retrata realidades, al tiempo que hace una llamada a la ciudadanía”, comenzó Reyes. Su misma idea la secundó Lozano, quien hizo hincapié en una muestra que “pone el acento en los demás”. Por su pare, el alcalde anunció una dificultad añadida, puesto que tuvo que separar el punto de vista institucional del personal. “Me siento muy orgulloso de tu ejemplo y generosidad”, fue el colofón de las palabras emotivas del alcalde que acabó fundiéndose en un sentido abrazo con su tío Julio Millán. El Padre Ángel fue el siguiente en tomar la palabra, quien animó a adentrarse en una muestra que ejemplifica la labor de atención a menores y a la tercera edad de Mensajeros de la Paz. Por último, Julio Millán destacó que las fotografías reflejan puramente la realidad: “Son normales y muestran exactamente lo que vivimos en nuestra labor”.

De esta manera, las fotografías rezuman una humanidad pura, sin máscaras ni apariencias. Su labor en países en vías de desarrollo y en las residencias es la protagonista. La muestra se trasladará a la residencia Edad Dorada, Mensajeros de la Paz de Altos del Jontoya que este año celebra su décimo aniversario.