Un diez para el rock serreño

Más de cinco mil personas pasan por el festival de Beas gracias a una organización volcada con la música

23 ago 2016 / 11:30 H.

Veinte años no se cumplen todos los días. Más complicado aún, si cabe, es llegar a tal edad cuando se trata de una cita musical que no intenta sino dar voz a los más desconocidos. Sin embargo, el vigésimo aniversario de Sierra Rock llegó hasta Beas de Segura con más fuerza que nunca, una realidad que quedó patente gracias a una respuesta en masa del público, de una organización que no dejó cabo suelto y, sobre todo, de la entrega de trece nombres propios que llenaron de acordes y vibratos las principales plazas del municipio beatense.

Y para conmemorar estas veinte ediciones en cartel, qué mejor novedad que engrandecer un festival local que este año se ha reinventado para pasar a celebrar dos jornadas de conciertos. Pero no solo al caer el sol. La música no dejó de sentirse en Beas durante todo el sábado. La mañana del segundo día de festival contó con un escenario acústico, emplazado en el parque Virgen de la Paz, que llenó de vida el casco urbano junto con las actividades dedicadas a los más pequeños, que, como campeones, aguantaron la fiesta musical hasta altas horas de la noche.

Un calendario muy completo el del Sierra Rock, con visitas guiadas, mercadillos rurales y actividades en el entorno, que consiguió que los establecimientos hoteleros colgaran el cartel de “completo” en el pueblo, por lo que muchos de los visitantes tuvieron que contentarse con descansar en una zona de acampada habilitada por la organización, aunque muchos aprovecharon para deleitarse con el entorno y alquilar viviendas rurales en los alrededores. Vecinos de otros municipios segureños también se sumaron a la cita. Mucha afluencia de gente venida exclusivamente al festival. La organización calcula que tanto Amparo Sánchez como No me pises que llevo chanclas, principales reclamos del cartel, llenaron hasta los topes un parque que también vibró con el funk de Maldito Swing, el hard rock de AraAppaloosa, el hip hop de Xpresidentx, el metal de Alto Consumo, el rock de los irolenses Inkautos o el blues de Leburn Maddox, que no dejó indiferente a nadie con sus solos de guitarra. Dio la gran sorpresa el grupo sevillano De La Cuna A La Tumba, que se metió al público en el bolsillo con su post-hardcore. El trío que compone Jambalaya Band también dejó uno de los mejores sabores de boca con su peculiar combinación de rock y blues. El backstage ayudó a hacer piña entre las bandas, que tuvieron en este punto de encuentro una zona donde probar platos típicos de la zona —triunfaron los galianos— y compartir impresiones. Los protagonistas musicales, encantados, han querido transmitir su agradecimiento y enhorabuena a la organización del festival, que supo estar a la altura de las circunstancias.

Los más esperados no fallaron en Beas
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Llegaron a Beas de Segura como principal reclamo de un festival que busca dar difusión a bandas emergentes. Con solo un poco más de solera que el Sierra Rock y un estilo inimitable, los No me pises que llevo chanclas de Pepe Begines no defraudaron a los más de tres mil asistentes al parque Valparaíso.

Público de todas las edades entregado
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Si de algo quedaron contentos los organizadores, aparte de la gran afluencia y la buena impresión que dejaron a los artistas invitados, es de haber hecho del Sierra Rock un festival en el que todas las edades tuvieran cabida. Como era de esperar, jóvenes no faltaron, pero también se apuntaron a la fiseta muchas familias con sus hijos.