Rabia, placer y melancolía

La Escuela “José Nogué” cierra el curso con una exposición colectiva que reflexiona sobre las realidades del mar

15 jun 2016 / 11:00 H.

Es un símbolo de placer, de ligereza; también del paso del tiempo y, en él, se dirimen los grandes conflictos contemporáneos, donde se convierten las personas en mercancía. Es el mar. Rabia, placer y melancolía navegan en sus aguas y hasta veinte visiones artísticas en torno a estos tres ejes se pueden conocer en la Escuela de Arte José Nogué. Su última exposición del curso supone un interesante recorrido y reflexión en torno a este medio y sus realidades.

“Con esta exposición dedicada al mar, la Escuela cierra el ciclo de actividades en torno al paisaje, sobre el que se ha trabajado en todo el curso. El verano es la estación asociada a la costa y creímos oportuno traer el mar a Jaén con todo lo que ello implica, puesto que, sin excluir las visiones lúdicas, familiares y festivas, la muestra pretende recoger el mayor número de significados posibles de esta compleja realidad fluida, en la que se confrontan todas las contradicciones, tensiones y desigualdades del mundo”, explica el profesor de Historia del Arte José Antonio Romera, comisario de la exposición. “Todo el contenido se ha agrupado en los tres grandes ejes que pueden sintetizar la experiencia del mar en nuestros días: rabia, placer y melancolía”, detalla.

“El mar es el escenario de los mitos, de la memoria edénica, del placer y, por ello, de los desórdenes cuya dimensión espacial más obscena es el aplastamiento paisajístico al servicio del consumo que ha sufrido la costa española. La grandeza del océano deriva de su naturaleza transitiva e inestable, ya que a la vez une y separa, vehicula el movimiento de personas, ideas o mercancías, y conforme las diferencias de riqueza entre las distintas áreas del planeta cobran dimensiones abismales, su función primordial pasa por ser una eficacísima muralla líquida”, reflexiona.

La exposición, que se podrá visitar hasta el 4 de julio, parte del jardín —con una instalación protagonizada por sombrillas— para ocupar buena parte de los pasillos de la planta baja hasta llegar a la Sala Fausto Olivares. “El recorrido se inicia con una vista portuaria de mediados del siglo XIX y continúa con obras de artistas de reconocido prestigio, entre las que destacamos la viñeta original generosamente cedida para la ocasión por el Roto, en diálogo con los trabajos de los docentes de la propia Escuela, como Esther Gámez y Martín González Laguna y las propuestas de artistas emergentes, como Manu Jurado o el jiennense Antonio José López”, detalla el profesor.