Pedro López, diez años de pasión musical en Cazorla

El músico y director de orquesta pone en valor el crecimiento del Curso de Flauta

19 jul 2025 / 08:00 H.
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LA ENTREVISTA

El Curso de Flauta de Cazorla celebra este verano su décimo aniversario con una nueva edición que tendrá lugar del 20 al 25 de julio de 2025. Originado en 2015 por iniciativa de un grupo de jóvenes profesores apasionados por la enseñanza musical, el curso evolucionó hasta convertirse en una de las citas más relevantes del panorama nacional en torno a la flauta travesera, informa José García Armijo. Para conocer más a fondo esta propuesta pedagógica, su filosofía y los retos de la edición 2025, hablamos con uno de sus fundadores principales, Pedro López Álvarez, músico y director de orquesta.

—¿Qué les motivó y cómo surgió realizar el Curso de Flauta Traveresa de Cazorla?

—El curso se originó porque yo estaba estudiando la carrera de flauta y tenía una pequeña orquesta dentro de la Banda Sinfónica de Jaén. Mis profesoras de los dos últimos años de grado profesional estaban llevando orquestas tanto en el Conservatorio de Úbeda, como en el de Jaén. Entonces me dijeron: “¿Por qué no hacemos un encuentro?”. Yo propuse hacer un curso y así fue como se propició el origen.

—¿Qué papel tiene la relación entre el profesorado y el alumnado durante todo el proceso?

—Cuando el curso comenzó, la mayoría del alumnado eran alumnos nuestros, porque había una profesora de Úbeda, otra de Jaén, otro profesor más de Úbeda y yo también daba clases en ese momento. Así que los primeros años consistían, sobre todo, en juntar a nuestros alumnos para aprender juntos. Pero, en cuanto abrimos la posibilidad de participar a quien quisiera, empezaron a venir personas de toda España. De hecho, este año tenemos incluso alumnos de Colombia que han venido expresamente para estudiar.

Nos hemos convertido en el curso de referencia a nivel nacional especializado en flauta.”

—¿Al ser un curso de un solo instrumento, ¿hay competitividad entre los alumnos?

—Muchísima, pero no entre los alumnos. Por suerte, llevamos ya diez años, y se está creando no una “Escuela de Cazorla”, porque sería muy atrevido decir que una escuela de flauta se crea con un curso de verano, pero sí una escuela de valores y objetivos compartidos entre el profesorado.

—¿Qué espera de lo que pueda darle esta edición en términos personales y de enseñanza?

—Yo sigo dedicándome a la flauta, pero desde hace tiempo me he orientado también hacia la dirección de orquesta. El año pasado ya me encargué específicamente de la asignatura de orquesta, y este año repito, pero con una novedad: tendré tres alumnas flautistas que no solo van a recibir clases de flauta, sino que vienen a estudiar dirección. Así que, entre el décimo aniversario y las novedades de este año, es especialmente ilusionante para mí.

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