Miguel Ángel Manrique, alcalde de Arquillos: “Sierra Morena es fantástica y no se le saca el partido que debería”

“Karina” ofrece un concierto gratuito grabado en directo en El Porrosillo (Arquillos), véalo en directo a través de www.diariojaen.es, no se lo pierda

04 dic 2021 / 10:03 H.
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—¿Qué le parece que Diario JAÉN lleve a Karina a Arquillos?

—La idea me parece estupenda, no solamente porque haya sido en mi municipio, que siempre es de agradecer que se ponga en valor Arquillos y las dehesas que tenemos, que son una maravilla, sino también en el ámbito provincial. Tenemos una provincia enorme y preciosa. Recuerdo que anteriormente fue grabado en la zona de la Sierra de Segura, en Santiago-Pontones, y también en la Sierra Sur. Es una iniciativa estupenda para poner en valor tanto los artistas como todo el patrimonio que tenemos, que es bonito y amplio.

—¿Tuvo la oportunidad de ver los espectáculos que protagonizaron Santi Rodríguez y Apache? Si es así, ¿qué le parecieron?

—Sí, tuve la oportunidad de verlos. Fueron fabulosos, una maravilla, una maravilla... Tanto el de Apache como el de Santi Rodríguez fueron espectáculos formidables. El que aún no he tenido la oportunidad de ver, lo vi en directo, pero no como queda, es el que se grabó en Arquillos. Disfrutamos mucho ese día y espero que salga un vídeo maravilloso de ahí.

—Estuvo durante el rodaje, ¿no?

—Sí, claro. Allí estuvimos desde primera hora de la mañana y hasta que se fue el último (risas).

—¿Y cómo recuerda la jornada?

—Disfrutamos mucho... Yo disfruté muchísimo de ver esa banda sinfónica tocando allí, de ver a Karina, esa fuerza que tiene, está ahí al pie del cañón. Era la que empujaba a todos... Fue increíble y luego es que el paraje que tenemos allí es toda una maravilla...

—¿Cómo se llama el paraje en el que se realizó la grabación?

—Las Hormigas, junto a la zona recreativa de Peralejas.

—¿Y qué hace de la Sierra de Peralejas un lugar tan especial?

—Hay un pantano que, digamos, es una especie de represa hecha en el de Guadalén, por lo que tiene agua todo el año, de hecho ha estado lleno a pesar de la sequía que hemos tenido porque es un pantano solo para la recogida de agua de una contrapresa que hay antes de llegar a Guadalén. De ahí ni se gasta ni se desperdicia agua, por lo que hace de ese entorno un escenario único para la fauna tan diversa que alberga, desde águilas reales hasta nutrias y toda clase de animales que hay allí, en aquella zona. Bueno, Sierra Morena es que es una sierra preciosa y creo que no se le saca el partido que se le debería sacar, al igual que a toda la zona de Despeñaperros. Son fabulosas y nada tienen que envidiarle a Cazorla.

—Es que hay otros parajes muy conocidos en la zona, aunque pertenezcan a otros términos municipales vecinos, ¿no es así?

—Sí. Por ejemplo, estamos muy cerquita de Aldeaquemada, somos pueblos hermanos, colonos, y tenemos ahí la Cimbarra, que es un enclave natural precioso. Nosotros tenemos este, que es igual de desconocido que bonito. Ahora trabajamos desde el Ayuntamiento para ponerlo en valor.

—Al fin y al cabo se trata también, como dice, de poner en valor las dehesas de Arquillos, pues la principal fuente de riqueza del municipio y de sus vecinos procede del campo, ¿no?

—Exactamente, el principal y yo diría que casi único ingreso que puede haber aquí procede del olivar. Desde el Ayuntamiento intentamos diversificar ahora que hemos conseguido rebajar deuda y préstamos. Apoyaremos este año algunas medidas en favor del sector turístico. Por ejemplo, hay una zona que estaba abandonada, en la que había un restaurante, y queremos ponerla en valor durante el año que viene para que la gente vaya allí, vea todo aquello, pueda comer e incluso hospedarse. Tenemos previsto poder terminar ese área recreativa que hay allí y que creo que puede tener mucha repercusión turísticamente. A parte de eso, estamos intentando adquirir una posada antigua y 365 pesebres. Tenemos bastantes cosas para que, como dice, la economía no se base únicamente en el olivar, sino diversificar un poco. Arquillos también tiene buena cocina y excelentes cocineros, por lo que la gastronomía podría constituir también un buen potencial turístico en el municipio. La cercanía de Úbeda y de Baeza también hace favorable que más gente decida visitar Arquillos.

—¿Cuáles son las demandas del sector agrícola a las que se une el Ayuntamiento de Arquillos?

—El campo es un abandonado de toda la vida por todas las administraciones habidas y por haber. Tenemos cinco pantanos en la comarca de El Condado, en Arquillos precisamente tenemos el de Guadalén y muy cerquita el del Giribaile, que nos podrían abastecer de agua para riego, pero nada, ni siquiera se nos escucha y a eso se suman las últimas declaraciones del presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que cierra a cal y canto la puerta a nuevas concesiones de agua. Deberíamos sentarnos todos y analizar la situación, lo que ocurre en las comarcas, creo que los de arriba no ven las dificultades que tienen pueblos como el mío, que al final lo que hacen es luchar contra Goliat, luchamos contra comarcas como la Campiña cordobesa, que tiene agua y una tierra maravillosa que antes dedicaban a otros cultivos como el algodón o diferentes cereales, que contaban con sus concesiones, y que ahora dedican al olivar superintensivo, por lo que les damos agua a quienes nos hacen competencia, una competencia desleal que no tiene ni pies ni cabeza. Los municipios pequeños no pueden afrontar esa lucha y hay que cuidar comarcas como esta, ya que estamos en pendientes y tenemos otra serie de dificultades para cambiar a olivar intensivo, producción que crece y no lo hace al mismo ritmo que la demanda, por lo que al final los precios volverán a caer y estaremos jodidos. No se hace nada y eso es un problema que las administraciones públicas deben tener en cuenta. ¡Que en Arquillos llegamos a pedir agua de China!

—¿Y en lo referente al turismo?

—El turismo también necesita apoyo, sobre todo en cuanto al impulso que necesita la demanda en municipios pequeños como Arquillos. Nosotros podemos reinventarnos, pero no tenemos especialistas en la materia, no tenemos quien nos pueda orientar o quien revise el patrimonio que tenemos. Otro problema es la imposibilidad de proteger una serie de casas antiguas que hay en el municipio por la paralización de los planes urbanísticos. Eso ha hecho imposible tener una herramienta para, al menos, proteger un poco el patrimonio que tenemos. Hay gente que no es de Arquillos, por lo que no cuida el entorno, lo que hay, y nosotros no tenemos algo con lo que podamos impedir el derrumbe de dichas viviendas.

—¿Ha agudizado la crisis sanitaria los problemas existentes?

—Turismo tenemos poco, pero durante la pandemia nada. El sector de la hostelería lo pasó realmente muy mal en los pueblos pequeños. Los que han quedado han sido los valientes. En mi pueblo, afortunadamente, no ha cerrado ninguno, pero han tenido que poner dinero de su bolsillo para salir adelante.

—¿Cómo recuerda el alcalde de Arquillos los primeros momentos de la pandemia en el pueblo?

—Lo recuerdo como una locura, como una guerra... Le dije al maestro de obras y a la gente que trabajaba en el Ayuntamiento que lo parábamos todo, pues nuestra primera preocupación debía ser atender a la gente que cogiera el virus, ofrecerle servicios como la recogida de basura, facilitarle alimentos... En los ayuntamientos fue una auténtica paralización en seco porque había que atender a todos los ciudadanos que nos necesitaban. Fue una incertidumbre tremenda porque ya uno no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien hecho o no. Recuerdo un día que llegué a Arquillos, antes del primer Estado de Alarma, entré en el Hogar del Jubilado y les dije a todos que íbamos a cerrar en ese momento. Todos me reprocharon (risas). Ahora lo recordamos con risa, pero aquel día casi me enfado con ellos, hubo que poner hasta un candado (risas). Teníamos también el proyecto de una ludoteca, con los contratos con los profesores ya listos... Un desastre. La gente me llamaba para decirme que lo estaban pasando muy mal y no me di cuenta realmente de eso hasta que empezamos a celebrar los cumpleaños en las puertas de las casas. Íbamos todas las tardes a seis o siete con un diploma hasta que tocó ir a la de un vecino que tiene un carácter, digamos, agrio. Yo pensé que se lo tomaría a mal, pero cuando salió a la puerta de su casa se emocionó, se le cayeron dos lagrimones y fue en ese momento cuando me di cuenta de lo mal que lo pasaba la gente que estaba encerrada en sus viviendas.

—¿Sintió el respaldo del resto de administraciones entonces?

—Nada. Yo diría que fue nulo, nulo, nulo. No voy a culpabilizar a nadie porque esto vino de improvisto, pero fuimos los alcaldes los que tuvimos que tomar la iniciativa, los sujetamos todo esto. No tengo nada que reprocharles, pero tampoco nada que agradecerles.

—¿Cómo está siendo la recuperación tras la crisis sanitaria?

—La gente tiró de lo que pudo, de familia, de ahorros... Nosotros dejamos montar terrazas a los negocios y ahora, tarde, pero nunca es tarde si la dicha es buena, sacaremos unas ayudas a autónomos.

—¿Cree que EnSueña Jaén sirve como revulsivo para esos sectores afectados por la pandemia?

—Todo lo que sea poner Jaén en valor es una buena idea porque tenemos la mejor provincia que hay en Andalucía y en toda España, pero es una gran desconocida aún con nuestros parques naturales, sitios preciosos y nuestra cantidad de castillos, por ejemplo.

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