“La vida mágica” de Carmen Bermúdez

A Jaén se le pueden ocurrir pocas voces tan autorizadas para hablar de poesía como la de Carmen Bermúdez. La autora volvió a presentar una nueva obra en La Económica jiennense: La vida mágica, como mágica fue también la propia presentación. A su lado, como escuderos, se sentaban el presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén, Antonio Martín Mesa, y el director de Diario JAÉN, Juan Espejo González, que ejerció como presentador de la autora.

Fueron muchas las alabanzas que corrieron a cargo de anfitrión y presentador, pero Bermúdez demostró, una vez más, su tácita humildad. “Yo no soy esa persona”, comentó nada más comenzar su turno de palabra. Es doctora en Bellas Artes, colaboradora en este medio y crítico de arte, además de llevar toda una vida profesional como profesora de dibujo, pintora y escritora. Es mucha tela que cortar, y eso que no para de tejer.

Muestra de ello es esta obra, repleta de optimismo, y una visión “mágica” —valga la redundancia— de la vida. Es posible, en muchos casos, que en la experiencia pese más lo malo que lo bueno, los miedos que las oportunidades. En el caso de Carmen Bermúdez —tita Carmen, como la llama cariñosamente Juan Espejo—la experiencia ha servido para ver un mundo lleno de posibilidades, de observar la belleza que se muestra en todo su esplendor ante nosotros, sin que apenas nos demos cuenta entre atribulaciones y quehaceres.

“En este libro hablo de mi saludo a la existencia y a la Tierra, hablo de los niños, de esas nuevas vidas que llegan a un mundo ya condicionado”, comenzaba la autora en su intervención, “de ese colapso en nuestro acontecer que ha sido la pandemia covid, y cómo el miedo se instaló sin límite”. Tal y como adelnató su autora, habla de la “única medicina” que conoce: “Los niños, los hijos, los nietos”. Bermúdez hizo hincapié en “esa nueva vida que nos da una fuerza poderosa para sortear todos los males”. En definitiva, habla de la magia de la vida, “de toda vida que hace crecer el mundo, que tenemos para decidir en cualquier dirección, con diversas opciones, con libertad, con ilusiones y opciones para ser felices, aunque el odio y el dolor cabalguen a nuestro lado para siempre”.

Tras la intervención, Bermúdez se decidió a leer varios de los poemas que contienen las páginas de La vida mágica, inundando la sala con su propia magia. Una que inspira, emociona e invita a la reflexión con verso dedicados a la vida, a la muerte, a los años y al mundo que nos rodea, tan obviado a veces. Poco se puede añadir a una carrera brillante, pero la admiración que flotaba anoche en el salón de actos de la económica es de esas cosas que no se compran.