La seductora generación que vivió una sexualidad prohibida

Valle Galera presenta en Photo España el proyecto Estaba oculto (It was hidden)

22 jun 2016 / 10:00 H.

¿Qué significa ser hombre? ¿Y mujer? ¿Cómo afecta la publicidad a la construcción de la identidad? La artista jiennense Valle Galera investiga y reflexiona, desde hace años, en torno a estos planteamientos, sobre la construcción de la identidad y género a través, principalmente, del objetivo fotográfico. Ahora acaba de inaugurar, en Madrid, para Photo España, un proyecto en el que detiene la mirada en el arquetipo de hombre seductor. En Twin Gallery expone Estaba oculto (It was hidden). La muestra indaga sobre el arquetipo del hombre seductor dibujándolo a través de la repetición de poses, gestos y estilos semejantes entre celebridades y desconocidos, imágenes apropiadas del pasado siglo, entremezcladas con retratos actuales que realiza a homosexuales sexagenarios. Buscó, recuerda, a estos hombres, una tarea complicada ya que, por sus vivencias, eran, todavía hoy, reacios a aparecer en publicaciones o mostrarse. “Han sido personas muy valientes”, dice la artista.

La propuesta que les lanzaba era directa: que posaran con un gesto seductor. “Quería ver cuáles eran las poses que elegían, les resultaba muy complicado y se amparaban en que a su edad ya no se sienten seductores”, recuerda Valle Galera. Las fotos que tomó las enfrentó a otras antiguas, de personajes populares a desconocidos, actores, militares, músicos o políticos. Y la comparación hablaba por sí misma: Las poses que para ellos eran seductoras se repetían con los prototipos de su época. Estas repeticiones dibujan el arquetipo de hombre seductor, más allá de su sexualidad. Así, en esta exposición, entremezcla unas y otras y sugiere un confuso mundo de hombres que saltan del pasado al presente. Son portafolios de modelos, fichas de actores, recortes de prensa, cómics, revistas homosexuales clandestinas entremezclándose con fotos actuales en blanco y negro.

Entre este universo, como detalla Twin Gallery, se destapan pequeños testimonios sobre las costumbres, lugares y recorridos de una época oculta. Los antiguos rótulos de estos locales, lugares secretos y difíciles de encontrar tanto para homosexuales como a la policía, aparecen dibujados en servilletas de papel convertidos en pañuelos de seda. Una invitación a un encuentro pasado con cigarrillos consumidos petrificados en porcelana, en definitiva, rastros de una seducción no tan diferente a la actual. También pone la lupa, literalmente, en postales enviadas desde Torremolinos, entre familias escandalizadas ante el desnudismo; el retrato de una época y una sociedad en la que se escondía la homosexualidad.

La imagen fotográfica adquiere el valor de referente y de objeto ligado al recuerdo y lo personal, lo que sitúa al espectador en una posición entre la historia privada y la historia oficial. La falta de claridad en la información y los indicios sin las evidencias, le incitan a tener una mirada activa y a agudizar la comparación y distinción en la búsqueda del homosexual, lo que le lleva a actuar de la misma forma en que ellos se reconocían para el encuentro.

En definitiva, rastros de una generación que se adelantó a su tiempo y sigue adelantándose mostrando la vitalidad y la sexualidad en una sociedad que actualmente tiende a desexualizar a sus ancianos. Por lo que, de nuevo, su visibilidad puede ser entendida como perversa y antinatural.