La música no sabe de género, solo de expresión y sensibilidad

La directora de orquesta Lucía Marín lucha por la igualdad en su sector

06 jun 2019 / 12:15 H.

Triunfar en aquello que te gusta no suele ser sencillo; hacerlo siendo mujer en un considerado mundo de hombres, menos todavía. La directora de orquesta Lucía Marín (Linares, 1982) es una de esas consideradas rara avis que busca demostrar que el talento no entiende de género. Apoyándose en esta idea nace el proyecto Generación 81, donde la fotógrafa mexicana Teresa Peyrí retrató casos de éxito femenino en un ámbito que se suele entender como masculino, siendo la linarense una de las catorce elegidas para participar. Marín es la única directora programada en la Orquesta Nacional y en el Teatro Real este año, un dato de que deja entrever que no es una profesión demasiado paritaria, por eso debía ser alguien a tener en cuenta para este proyecto. La linarense explica, haciendo un símil deportivo, la situación de la mujer en su ámbito: “En el mundo de la dirección de orquesta es como el fútbol, hay divisiones, y aunque en Primera en España somos dos, en categorías inferiores sí que se ven cada vez más mujeres”.

Una de las grandes directoras de orquesta, Marin Alsop, decía que es una lástima que en pleno siglo XXI siga habiendo primeras veces para las mujeres. La estadounidense es “un gran referente” para Marín, que asegura que poco a poco se llegará a la normalidad. “Últimamente la mayoría de las orquestas se han dado cuenta de que las mujeres tenemos que estar presentes y su política es invitar a directoras internacionales que ya han tenido oportunidades y tienen un camino hecho, y algunas nacionales. Eso no significa nada, hasta que no logremos tener titularidades no habremos llegado de verdad, porque seremos un mero adorno de temporada, y en eso no consiste esto; consiste en que la música no tiene género y solo sabe de sensibilidad y para ello no importa ser hombre y mujer, por lo tanto no debería haber mucha diferencia”, asegura la linarense.

A pesar de sus claras convicciones en este aspecto, afirma que ella también tiene prejuicios y estereotipos que afloraron al caracterizarse como un hombre para las fotografías que forman parte de Generación 81 y que se pueden visitar hasta el 26 de julio en la sede madrileña de Banco Santander España. Marín comenta que en las tres o cuatro horas que fue “Lucía Marín hombre” sus expresiones y forma de actuar cambió: “Era mucho más sería, me reía y hablaba bastante menos y tenía como un gesto de fuerza; una energía asentada que tenía mucho que ver con no ser tan expresiva. Es algo muy curioso. Mis ademanes con los brazos estaban restringidos. Sin darte cuenta, te veías un hombre y cambiabas el comportamiento”.