La magia del piano llega a las calles jiennenses

Si los ciudadanos de Jaén alguna vez soñaron con vivir dentro de un cuento de hadas, seguro que no podían imaginar que iban a tener la oportunidad de hacer el deseo realidad en su propia ciudad. Lo intuyeron en los días previos los afortunados que acudieron ayer a la lonja de la Diputación Provincial para disfrutar del inicio de la segunda edición del Festival de Piano Jaén, y se encontraron con la sorpresa aquellos que transitaban por las inmediaciones como si su paseo fuera otro de tantos dentro de la vorágine diaria que domina la actividad urbana en la capital del Santo Reino.

“Piano ballerine” hizo posible el prodigio. Nada más comenzar el espectáculo pianístico, la ciudad, su elementos reunidos en abigarrado dibujo, a veces tan apabullantes como fieras, quedaron amansados al instante y empequeñecidos hasta poder ser soportados en la palma de la mano, aquella misma que en nuestra niñez era capaz de acoger una cajita de música cuya bailarina, danzando al son de la suave melodía, atraía las ilusiones más íntimas, los sentimientos más ingenuos y sinceros.

La mano abierta fueron ayer la Diputación y sus alrededores; los surcos de la palma, las calles jiennenses, cuya conjunción de luces invitaron a imaginar quimeras en clave caleidoscópica; la caja de música, el piano que, acariciado por el intérprete dieciochesco, se rebeló contra su condición de elemento estático y comenzó a moverse, curioso, coronado por su bailarina y su coreografía delicada y limpia. La urbe, aunque fuera por poco tiempo, logró domeñar su lava y rendirse al embrujo de la música alumbrada por el piano.

Superado el trance, hoy continuarán las actuaciones del Festival de Piano Jaén. Dorantes y Marina Heredia, con la colaboración del bailarín Farruquito, presentarán su espectáculo “Esencias” en el Infanta Leonor.