La luz, el color y la magia del Ballet Nacional Ruso

La compañía presentó la obra El Cascanueces en el Teatro Infanta Leonor

04 nov 2017 / 11:35 H.

Con la luz puesta en el escenario, danzantes figuras comienzan a desfilar, una tras otra, al compás de Piotr Tchaikovsky, y presentan el inicio de El Cascanueces. Sergei Radchenko dirige este espectáculo mágico del Ballet Nacional Ruso, que anoche pisó las tablas del Teatro Infanta Leonor dentro del XVIII Festival de Otoño de Jaén.

Una antigua ciudad alemana, a principios del siglo XIX en Nochebuena. La familia Stalbaum se reúne bajo el árbol de Navidad y, al compás, aparece Drosselmeyer, un viejo inventor de juguetes al que todos los niños de la casa comienzan a seguir. Así, toman el protagonismo en el escenario con una coreografía de pasos alegres y bailes despreocupados que se realzaron cuando el inventor les dio a todos sus regalos navideños. Los chicos recibieron espadas, y Franz recibe una trompeta que luce orgulloso mientras desfila con sus compañeros en un amago de parecer soldados. Ellas, por su parte, obtuvieron unos preciosos muñecos, mientras que a Masha le dieron El Cascanueces. Todos presumieron de sus juguetes ante los mayores y, así, comenzaron un divertido juego lleno de los brincos de los pequeños y de los elegantes movimientos y gestos que realizaban el resto de sus familiares en la escena.

Así, se cerró la presentación de este espectáculo, donde desbordó la alegría y la pureza. La historia avanza entre cabriolas y la constante melodía que del compositor ruso llegando al momento más mágico del acto, cuando, a la luz de la luna, el Cascanueces aparece en los sueños de Masha y se enfrenta, ante la atenta mirada de la bailarina, contra el Rey de los Ratones. Sin embargo, los soldaditos de plomo no fueron suficientes para enfrentarse al ratón, y Masha hubo de intervenir, logrando, gracias a su zapato, derrotar al rey y salvar al Cascanueces, quien cobra vida gracias a Drosselmeyer. Con su nuevo cuerpo, el ahora príncipe llevó a Masha por un viaje lleno de magia a diferentes mundos donde danzaron sin cesar junto a ángeles y muñecos en bailes ligeros de los que ninguno de los asistentes pudieron apartar la mirada. Una interpretación soberbia en un momento próximo al clímax, cuando Masha despierta y se da cuenta de que todo era un sueño. Pero el mago, con su varita, convirtió en realidad todo lo vivido en su mundo onírico.

Detalles. El Ballet Nacional Ruso visitó, así, y por segunda vez, la ciudad de Jaén con un espectáculo que obtuvo un lleno absoluto de 800 butacas reservadas desde hace dos semanas. Su fundador y director de la obra, Sergei Radchenko, fue, durante 25 años, el Gran Solista de la Compañía del Teatro Bolshoi y, hoy día, es el encargado de transmitir, por todo el mundo, la grandeza y maestría de la danza clásica rusa.