La lectura y el conocimiento, protegidos ante el coronavirus

La Biblioteca Municipal de Martos adapta sus instalaciones por prevención

04 jun 2020 / 11:12 H.
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La pandemia del coronavirus ha cambiado todos los ámbitos de la sociedad. Dentro de estos, se encuentran los espacios públicos como las Bibliotecas Municipales, que tuvieron que adaptar sus instalaciones para prevenir la propagación de contagios de la covid-19 entre sus usuarios. Un ejemplo es la de Martos, en la que tanto sus trabajadores como sus lectores están muy concienciados con la causa y cumplen a “rajatabla” las restricciones y medidas higiénicas, dictaminadas por las administraciones gubernamentales y que el departamento municipal de prevención y seguridad laboral llevó a cabo en las instalaciones. Durante estos días, el centro cultural se limita a ofrecer los servicios de préstamo y devolución de material, además del uso de la sala de lectura, en horario de lunes a viernes, desde las 09:00 hasta las 21:00 horas.

Entre las prácticas de prevención se encuentran el uso obligatorio de mascarilla, mientras permanezca en el interior del espacio cultural, además, el personal de la biblioteca cuenta con equipos de protección durante su jornada laboral. Por otro lado, solo se atiende a una persona en el mostrador y para guardar las distancias de seguridad se colocaron pegatinas en el suelo para respetar su turno de espera y el material que sea devuelto tras su uso estará en cuarentena durante 14 días. Asimismo, en la entrada disponen de gel hidroalcohólico para que los usuarios se sirvan antes de hacer uso de cualquier servicio bibliotecario.

Respecto a las modificaciones, la sala para los lectores infantiles se amplió para el resto de niveles, pasando su aforo a ser de ocho personas, que podrán permanecer en ella con bastante espacio entre sí. Además, en la primera planta, en recepción se instalaron mamparas protectoras (como se puede ver en la imagen que acompaña a este texto) y está prohibido tocar cualquier material, por lo que se limitó a que sean los propios trabajadores quienes se encarguen de seleccionar y colocar los libros o audiovisuales, tras su desinfección. El resto de espacios está cerrado hasta su reapertura, según avancen las fases de la desescalada.

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