La Film Symphony Orquestra convierte La Alameda en un decorado de película

Constantino Martínez-Orts descubre alguna de las claves del proyecto que brindará una noche de ensueño a los jiennenses: “Tarab es un viaje emocional”

13 jun 2025 / 16:37 H.
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LA ENTREVISTA

Muchas de las composiciones de nuestras vidas vienen de grandes obras maestras del séptimo arte. Las bandas sonoras tienen un lugar privilegiado en muchas películas que se han convertido en auténticos iconos de la cultura popular. La Film Symphony Orchestra, dirigida por Constantino Martínez-Orts, lleva más de 12 años siendo referencia en la puesta en escena de esta música en España. Con más de una decena de giras nacionales, este proyecto por fin llega a Jaén de la mano de Tarab, su último trabajo que lleva más de nueves meses en función y que ha llenado varios auditorios por toda la geografía patria. Hoy a las 21:30, se citan en el auditorio de La Alameda para deleitar a los jiennenses por primera vez con un recital que destila pura emoción.

—¿Qué significa Tarab?

—Es una palabra árabe que significa “éxtasis emocional” cuando el humano escucha la música. Llegamos a esta definición para este tour porque muchos de nuestros fans, después de los conciertos, se ponían en contacto con nosotros para comentarnos que se habían emocionado, que habían llegado a una especie de catarsis. Por lo tanto, Tarab es un viaje emocional de dos horas y media que designa lo que el público experimenta

—¿Tiene algo que ver el repertorio con la palabra? ¿Está basado en Oriente Medio y alrededores?

—Efectivamente, como he dicho, la expresión ha buscado la emoción y nos hemos basado en unas escalas típicas de estas composiciones, como es Dune, de Hans Zimmer; El retorno de la Momia, de Alan Silvestri. Algunas que comparten esas escalas como es Marte, de Harry Gregson-Williams; Troya, de James Horner. Buscamos un viaje emocional. También tenemos en el repertorio la música de Leyendas de Pasión, Forrest Gump, Star Wars, Oppenheimer, también de Zimmer, que es un maestro en crear esas estructuras repetitivas que le dan a las películas esa inmensidad.

—¿Cómo surgió esta idea?

—Pues desde la pandemia, que, obviamente, fue un tiempo muy duro para todos. A la hora de volver lo hicimos con Fénix, que significaba ese renacer y ese volver desde las cenizas. Nuestros últimos tours los hemos designado con nombres o palabras que tengan una poética de fondo, que engloben la totalidad del espectáculo. Desde ahí el nombre de nuestros espectáculos va en sintonía con todo lo que proponemos. Después llegó Krypton luego Henko, y ahora con Tarab.

—¿Qué es lo que el público va a ver en La Alameda?

—Desde nuestro origen intentamos acercar la música sinfónica del cine al público generalista. Ofrecemos una experiencia que contextualiza al público, no solo es la música, el juego de luces acompaña la música que se escucha, también hago comentarios que ayudan al espectador a que conozca lo que escucha de manera más profunda. Llevamos un vestuario que se enmarca dentro de la propuesta. Es un concierto que supera el tradicional sinfónico, con todo esto intentamos romper la cuarta pared, como a veces se realiza en el cine.

—Se acercan al fin de la gira y llegan por primera vez a Jaén ¿Cómo abordan estas fechas?

— Nueve meses, 70 conciertos en España, miles de kilómetros pero con muchas emociones y mucha felicidad. No hay nada más bonito para un artista que recibir aplausos de gente a la que le ha gustado tu trabajo. Y sí, teníamos muchas ganas de venir a Jaén, era algo que teníamos marcado desde hace tiempo y por fin ha llegado la oportunidad.

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