La belleza de los ancianos
La velocidad del otoño, la tragedia de la vejez tratado con humor mordaz
Un canto a la edad, la experiencia y la vejez. Una reflexión sobre la sabiduría y la calmada belleza de los ancianos. Así se resume La velocidad del otoño, protagonizada por los actores Lola Herrera y Juanjo Artero dentro del XVII Festival de Otoño de Jaén. El Teatro Infanta Leonor cedió su escenario a una obra llena de ternura y dolor, que mezcla la tragedia con escenas cómica, propias del género absurdo. El público asistente se entregó a la magistral actuación y se dejó envolver por la historia, un reflejo próximo a la sociedad actual.
El texto del dramaturgo escocés, Eric Coble, cobra vida gracias a la directora Magüi Mira, que dota de sencillez la representación por la puesta en escena sobria, elegante y realista, con un sofá en el centro de la acción. A su alrededor se mueven los protagonistas. Lola Herrera interpreta a Alejandra, una mujer mayor a punto de ser trasladada a un centro para ancianos. Ella se niega a mudarse y amenaza con hacer estallar todo el edificio. La actriz, conocido por las series Un paso adelante, Las chicas de oro o Amar es para siempre, impregna al personaje de una sinceridad abrumadora, llena de matices entrañables y simpáticos que provocan que el público empatice con ella con facilidad.
Juanjo Artero, que saltó a la fama con Verano azul y estuvo en El comisario o El barco, da vida a Cris, el hijo menor de Alejandra y el que trata de convencerla para dejar su hogar. Los diálogos son la clave de la obra de teatro y llevan al espectador a través de un carrusel sentimental, entre la risa y las lágrimas a causa de la extraña situación.
La velocidad del otoño hace meditar al espectador sobre el inexorable paso del tiempo y la inminencia de la muerte, hechos trágicos pero inevitables. Por ello, el autor del texto, Eric Coble, habla de la autoafirmación de la persona y su libertad para elegir mientras le sea posible. Al final, Alejandra solo necesitaba lo que todo ser humano en la vida, compartir sus miedos y confirmar sus esperanzas. “En la vejez también hay belleza”, es el mensaje final de la obra teatral.
argumento. Alejandra, una artista de 79 años de edad, se enfrenta a su familia por el lugar donde va a pasar el resto de los años que le quedan. A su favor tiene su ingenio, su pasión por la vida y una barricada que ha creado en la puerta de su casa con suficientes cócteles molotov para hundir el bloque entero. Pero sus hijos tienen su propia arma secreta: Su hijo más joven, Cris, que regresa al hogar después de veinte años de ausencia y aparece a través de la ventana del segundo piso en el que vive Alejandra para convertirse en un mediador “in extremis” de la familia y la sociedad.