Francisco Vicente Santiago: “Sueño con llenar un teatro más grande en Jaén”

El trompetista comparte su experiencia tras pisar Salalapaca junto a un cuarteto de jazz

02 oct 2025 / 16:03 H.
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LA ENTREVISTA

Nacido en Jaén, Francisco Vicente Santiago Díaz, conocido como Franvi, encontró en la trompeta su voz desde muy temprano. Comenzó su formación en el Conservatorio Profesional de Música Ramón Garay, donde completó sus estudios de trompeta, y más tarde descubrió en el jazz su verdadera vocación. Su trayectoria no se limita a lo instrumental: desde niño también ha cantado, ha participado en programas de televisión y ha compuesto sus propias canciones, manteniendo siempre una relación cercana y viva con la música en todas sus formas. El pasado viernes volvió a subirse a un escenario, esta vez acompañado de varios músicos y de su maestro Sergio Albacete, en un concierto que logró llenar la Salalapaca y emocionar al público con un repertorio que combinó estándares del jazz y composiciones propias.

—¿Cómo empezó en el mundo de la música y cuál ha sido su formación?

—Empiezo con la música desde pequeño, desde que nací prácticamente. Me ponía boleros desde niño y, a los 7 años, empecé en el Conservatorio Profesional de Música Ramón Garay. Allí completé mi formación como trompetista. Después comencé la carrera de superior con la trompeta clásica y ya fue el año pasado cuando decidí estudiar jazz. Ahí encontré mi verdadera vocación con la trompeta.

—¿Cómo surgió la oportunidad de poder dar un concierto en Salalapaca?

—Ya el año pasado hice un concierto en Salalapaca y fue bastante bien. Esta vez me llamaron de nuevo y la verdad es que fue un éxito absoluto. Fue sorprendente ver cómo una música que en España se considera minoritaria consigue llenar un teatro. Verlo lleno, con la gente emocionada, fue una sorpresa grande para mí.

—Era la primera vez que se subía al escenario con este cuarteto. ¿Cómo fue?

—Más que un cuarteto oficial, fue como juntarnos entre amigos. En este concierto vino mi profesor de toda la vida, Sergio Albacete, que fue quien me inició en el jazz en Jaén. También se unió Juanfran Comas, contrabajista y compañero del conservatorio. Yo les propuse aprovechar que tocábamos en nuestra ciudad y hacer algo especial. Entonces, sí, fue la primera vez que nos juntamos así para un concierto, aunque no sea un cuarteto fijo.

—¿Qué sintió al compartir escenario con ellos?

—Fue increíble. Cuando admiras tanto a una persona como yo admiro a mi profesor Sergio Albacete, estar tocando a su lado es muy emocionante. Ver cómo respeta lo que haces, cómo te trata como uno más y cómo aporta a la música en nuestra ciudad es algo muy especial.

Además, la energía que conseguimos en el concierto fue única. Estaba acompañado por mi amigo Alejandro Rodríguez, un pianista con un futuro brillante; David Antúnez en la batería, que vino de parte del contrabajista; y el propio Juanfran en el contrabajo. Así que fue realmente sorprendente.

—¿Hubo algún momento concreto que le sorprendiera especialmente?

—Sí, sobre todo al final, por el cariño de la gente hacia el concierto. Eso fue lo más sorprendente. Apenas pudimos ensayar: unos venían del norte, otros de Málaga, y el tiempo fue muy justo. Aun así, se generó una energía muy especial en el escenario. Creo que lo más importante fue el feedback del público. A veces se piensa que esta música está hecha para una minoría, pero ese día comprobé que, cuando se hace bien, la gente lo valora.

—¿Cuáles son sus próximos proyectos musicales?

—Después de lo vivido el otro día, sueño con llenar un teatro más grande en Jaén.

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