El viaje de Lagartijo y Guerrita que trae a Morante y Roca Rey

Baeza celebra el 125 aniversario de su plaza con una gran corrida de toros

14 may 2017 / 11:02 H.

Es un viaje sin moverse, un trayecto temporal que va de Lagartijo y Guerrita hasta Morante y Roca Rey. Solo hay que cerrar los ojos en el coso del Vivero, entre las viejas piedras de Baeza, para comenzar el trayecto. Está escrito en la historia que el 18 de mayo de 1892 se inauguró esta plaza con un mano a mano entre Lagartijo y Guerrita con toros de Marqués de Saltillo. Aún hay crónicas de la faena a “Ventanero” —diario La Época— de Lagartijo, “El Grande”. Y si en la evolución de la tauromaquia, tras Guerrita y Lagartijo viene el cambio de Juan Belmonte, solo hay que volver a abrir los ojos en la plaza de Baeza. Es 13 de mayo de 2017 y el coso del Vivero estaba a rebosar. Fue ayer, pero Juan Belmonte parecía que estaba allí. Iba vestido de naranja y azabache, con hechuras de torero gordito y una tauromaquia especial. Era Morante, el de la Puebla, con un toro de La Palmosilla. Y qué manera de torear. Cuando se espera un remate por bajo, él se lo da por arriba. Torería delante de la cara del animal y cambios de mano y detalles propios de la tauromaquia del Pasmo de Triana. Él lo sabe y se gusta para emocionar. El astado cortaba en los capotes, pero Morante fue capaz de componer una faena breve pero intensa. Si al final movía los brazos y los pies con detalles propios del toreo antes de que llegara Manolete —Califa de Córdoba, igual que Lagartijo y Guerrita—, también fue capaz de darle tres buenas series con la planta quieta. Y si Morante es un torero bastante acostumbrado a las “medias lagartijeras”, esta vez hizo una excepción con un espadazo que le valió las dos orejas y la puerta grande. Con su primero, nada de nada. Le bastó con uno, pese a que los sorteos siempre traen dos.

Roca Rey consiguió darle la vuelta a una faena con un toro con el que todo el público estaba en contra. Blandeó mucho en los primeros tercios y la plaza apretó para que en el palco asomara el pañuelo verde y volviera a los corrales, pero no lo consiguió. El torero inició la faena de muleta a pies juntos sin mover la planta mientras que el animal pasaba con velocidad. El primer muletazo fue por alto, pero sorprendió en el segundo con un molinete. Roca Rey se dio cuenta de que el astado sacaba la cara por encima del estaquillador, lo que denotaba escaso celo y ganas de marcharse. Sin embargo, se empleó a fondo para sujetarlo y torearlo. Cuando el de La Palmosilla se vio podido, cambió de estrategia y se intentaba marchar en mitad del muletazo. Sin embargo, Roca Rey tiró de cercanías y de mando para darle buenas series en redondo y al natural. Se lo pasó muy cerca con una tauromaquia que no solo eran derechazos y naturales, sino que también llevaba cambios de mano y mucha variedad. Al final, acabó con emocionantes circulares e invertidos. Y sobresaltó a los tendidos cuando el toro se paró y lo citó sacándoselo por la espalda ante el miedo del público porque lo vio cogido. Nadie lo esperaba. Roca Rey sabía que el toro tenía querencia a tablas, por lo que por ahí sería más fácil. Pero, hay que saberlo, verlo y hacerlo, que no es nada fácil. Lo mató bien y cortó las dos orejas tras una faena emocionante. El sexto fue muy deslucido. Sin fijeza, cortando en la muleta e informal en las embestidas no dio opciones para el torero.

Cayetano toreó bien a la verónica a su primero. Lo recibió con las rodillas flexionadas y luego le bajó bien las manos. Con la muleta lo llevó a media altura para no tirarlo con un toro que no se entregó. Acabó con bellos remates y de rodillas para “calentar” la plaza. Con el quito empezó muy bien la faena. Toreó despacio, con mucho gusto y con clase. Componiendo y con embroques de catagoría. En cambio, la faena, que tenía muy buena pinta, bajó de intensidad. El toro se fue donde quería y Cayetano le consintió el terreno. Y ahí cambió y ya no embestía con clase. Logró otro trofeo. Y con la puerta grande, Baeza acabó un viaje de 125 años, que llevó desde Lagartijo y Guerrita hasta Morante, Cayetano y Roca Rey.