El talento desborda ilusión

La primera semifinal de Oliva Voz Talent impresiona y deja huella por su altísima calidad

29 sep 2019 / 16:26 H.

Llegó el ansiado día y la hora de la verdad para seis personas que mostraron unas habilidades innatas para la música. El ambiente en la sala era muy especial, se palpaban los nervios, las ganas de hacer un buen trabajo y, sobre todo, una ilusión propia de personas que tenían muy claro que tan solo había una oportunidad para demostrar su valía. Minutos antes de que comenzase la noche, los vecinos de Los Villares esperaban a las puertas del salón de actos de la Casa de la Cultura a que comenzase la primera semifinal de Oliva Voz Talent. Pronto, las butacas comenzaron a llenarse de personas. Por un lado, los habitantes del municipio, por el otro, familiares y amigos de las seis promesas del concurso, que estaban allí para dar todo su apoyo en un día tan especial a los semifinalistas.

Para arrancar la velada, la presentadora, Alma Mesa, presentó al jurado y anunció que tendrían un papel muy difícil a juzgar por los ensayos previos del concurso y lo que, hasta entonces, habían sido capaces de presenciar todos ellos. Después, la alcaldesa de Los Villares, Ana Morillo, subió al escenario para agradecer una iniciativa así para buscar el talento y que el municipio tuviese la oportunidad de acoger su primera semifinal. Hechas las presentaciones, tocaba disfrutar de seis voces muy especiales, únicas cada una en su estilo y que formaron una heterogeneidad que dejó patente las grandes dosis de talento que existen en la provincia.

Le tocó romper el hielo a Andrea Bonoso, que logró el aplauso tras una brillante actuación. Dejó claro el gran nivel que había y el jurado ya comenzó a tomar sus primeros apuntes, a hacer algunas matizaciones entre ellos. Luego, el ubetense Francisco Javier Hollín homenajeó a su tierra y a dos grandes cantautores con temas de Sabina y Serrat. Tras esto, llegó el momento de incorporar una técnica más allá de la del canto, y que el público disfrutase a través de grandes éxitos en la pista de baile. Isabel María Lorite cantó, preparó una coreografía especial para la ocasión y, a pesar de la dificultad, no le tembló la voz.

Tras ella tuvo lugar uno de los momentos más especiales sobre el escenario. Ana Ortega —una de las finalistas de la gala— enmudeció al público. Primero con una soberbia interpretación de Someone Like You y, a continuación, creó magia encima del escenario Con Las Ganas, una inmensa versión de la ubetense Zahara que recibió los elogios de todos los asistentes. De hecho, a Alma Mesa le costó volver a encarrilar la gala tras un momento tan especial.

Sin embargo, este hecho no amilanó al siguiente participante, José Antonio Peñas, que también cuenta con una plaza para la final. Un tema de Queen y de la banda sonora de Los Miserables fueron su baza para dejar atónitos al jurado y a los espectadores y lo consiguió sin apenas esfuerzo. Y no hay dos sin tres, la última de las finalistas fue la encargada de cerrar la gala. Si algo identifica a su actuación es la fuerza, la garra y una maestría sin igual para la copla. Irene Martínez llegó dispuesta a darlo todo y el resultado fue merecedor de un sinfín de ovaciones. Primero interpretó un tema más flamenco, más puro con el tema Solo vivo para quererte, de Juana Reina. Después llegó el momento de experimentar, de unificar el flamenco con el rock, guitarras crujientes que acompañadas de su gran voz fueron el broche de oro perfecto. En el punto de partida fue la canción elegida para ello y le valió la posibilidad de avanzar hasta la final.

Los seis demostraron la razón por la que habían llegado hasta allí y el jurado, presidido por Sole Candela, tomó una decisión que, a pesar de ser difícil, resumió una noche que resultó ser muy especial para todos ellos y plenamente emocionante.