El nuevo “milagro” del Santo Custodio

N o hemos inventado nada pero somos diferentes”, así se define este trío formado entre la capital de La Loma y la de la provincia, con tintes cordobeses. Si Custodio regresara de entre los Santos no está claro si se mostraría muy de acuerdo con esta formación o, quizás sí, porque era único, sin decantarse por ningún color lo mismo que sus nuevos seguidores, los cuales están dispuestos a triunfar con cualquier buen sonido que se preste. En cualquier caso, Felipe Huerta, Jd Beker y Valen Miguel, acaban de surgir, cual aparición, y parece que llegan para quedarse.

Nacieron hace un año, con una unión típica de muchas bandas, la amistad. Con el paso de los meses empezaron a creer en la posibilidad de formar un trío con posibilidad de proyección. Dieciséis canciones componen su currículum, inspiradas en lo cotidiano, en posibles nimiedades que inspiran la voz y guitarra de Huerta, la batería de Valen y la guitarra y bajo de Beker. Son el nuevo Santo Custodio, un nombre que eligieron tras conocer la historia del divino de la Sierra Sur. En lo referente a sus puestas en escena, se pueden contar con una mano pero han sido suficientes. En una de ellas consiguieron un productor con el que grabaran su primer disco el próximo mes de octubre.

En él, incluirán sus mimados temas con títulos tan peculiares como ellos, Cocodrilo, Pisar un huevo o Cumbia del aparecido. Asimismo, son un grupo que se pasea entre lo latino, tal como mambo, cumbia, bolero e incluso flamenco, hasta el blues con influencias de los años 50 aunque “estamos abiertos a otros estilos que seguro irán surgiendo a lo largo del camino”, asegura Huerta. Porque si su estilo es un amplio abanico de posibilidades, también lo son sus influencias, entre los que destacan artistas como Pérez Prado, Conjunto San Antonio o cualquier historias que tenga un buen ritmo. Y así, con su frescura y sus ganas de compartir su música y talento, llega Santo Custodio que cree que puede tener cabida en el mercado musical de la provincia porque aunque no hayan creado un nuevo género, están dispuestos a revolucionar los existentes.