El “cabrito” de Van Gogh

Posible influencia del pintor Edgar Degas en la etapa final del autor neerlandés

31 ago 2024 / 14:03 H.
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Qué pasaría si Van Gogh hubiera plasmado la influencia recibida de Edgar Degas a través de Les Iris? No existen documentos ni cartas del autor que lo prueben. A eso se agarran los investigadores para desechar la apreciación de Antonio García Sánchez (Linares, 1966). Es comercial de productos de informática y, durante una estancia en Cádiz hace cinco años por motivos laborales, descubrió un detalle que no lo dejó indiferente.

Para ver lo que Antonio, hay que enfundarse las gafas de la subjetividad, pero una vez visto, ya no hay marcha atrás. Es algo parecido a reconocer una forma en las manchas de un azulejo. En el piso que alquiló en Cádiz había seis o siete cuadros de Van Gogh distribuidos por las diferentes estancias de la casa, entre ellos uno de los más conocidos del autor neerlandés, Les Iris (1889). Esta es la secuencia del descubrimiento: en el único lirio blanco de la composición, Antonio vio lo que parecía una barba, después el cráneo. “La clave absoluta que lo dice todo es el ojo”, indica. Incluso unos cuernecitos que parecen adivinarse.

“Lo del chivo es bastante subjetivo, pero que el ojo mire a la única flor blanca del lienzo, que esté cerca y a la misma altura, no puede ser casual. Cambia la visión del cuadro por completo”, relata Antonio, que tras bucear en la vida y obra de Van Gogh a través de varios reportajes, descubrió Interieur (1868-1869), descrita como una de las más desconcertantes de Degas. “Debió impresionarle mucho a Van Gogh”, asegura Antonio, que ve similitudes entre Interieur y la serie artística del holandés El dormitorio en Arlés, sobre todo porque la disposición de la habitación es la misma.

Por ello, el linarense cree que la escena que plasma Degas en su cuadro debió calar de una u otra manera en Vincent. A Interieur también se le conoce por La violación, pues hay quien dice que el pintor francés representa el inicio o el final de una agresión sexual por las tijeras en el suelo y los restos de lo que parece ser sangre. De vuelta a la influencia de Degas en Van Gogh, Antonio dice que la barba del hombre de Interieur es muy parecida a la del chivo que aprecia en Les Iris. El señor, en la puerta, mira a una mujer con un vestido blanco vaporoso, que encarna el lirio blanco.

De todos con quien se puso en contacto, Antonio García recibió la respuesta del doctor en Arte de la Universidad de Valencia Isidro Puig. Le dijo: “Me parece muy loable su discurso [...] Yo hubiera sido incapaz de llegar a esas conclusiones. Veo el cráneo y la flor blanca, y bien pudiera explicarse con la simbología que expone, incluso su referencia al cuadro de Degas. Poder, podría ser, no puedo rebatírselo”. La ausencia de cartas del propio Van Gogh sobre el tema puede explicarse en la enfermedad que padecía, para la que, según algunos estudios, tomaba elevadas dosis de absenta. “Quizás ni él mismo se daba cuenta de lo que salía de su cabeza en la fase final de su vida”, dice Antonio.

La versión oficial relaciona Les Iris con el padre de Van Gogh, que era pastor protestante. Los lirios alrededor del blanco pueden interpretarse como clérigos. “Uno de los de abajo parece incluso que tiene sombrero y sujeta un bastón”, añade. Todo lo expuesto responde a la subjetividad más que a la objetividad. Pero, quién sabe. ¿Y si...?

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