El beso del Renacimiento al piano de Chico Pérez

Es, posiblemente, la actuación más especial de su vida. No por la grandilocuencia —que también— sino por el escenario. El pianista Chico Pérez volvió este sábado a la que considera su casa en un concierto, a todas luces, de primer nivel. El efecto del humo sobre el escenario, al inicio del concierto, no nubló las aspiraciones de una actuación que superó las expectativas de los jiennenses, que no eran pocas. Para empezar, era el concierto que abría el Otoño Cultural organizado por el Ayuntamiento, y que cuenta, entre otros, con figuras internacionales como Ainhoa Arteta o Ari Malikian. Este, sin embargo, a pesar de su procedencia, no esquiva ese peso.

Chico Pérez se presentó ante sus paisanos bajo la Catedral de la Asunción, en el espacio soñado por cualquiera que pertenezca a esta tierra. Obra cumbre del Renacimiento andaluz que proyectó el gran Andrés de Vandelvira y que ahora aspira a ser declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Y no lo hizo solo. A su lado, además de su compañía habitual, —formada por Guille Cortés a la batería, Aroa Fernández y Belén Vega al cante, Fiti Esteban al bajo, y el cuarteto de cuerda de Manuel Moro, Daniel Henao, Carlos Corales y Tito Martínez— contaba también con la Filarmónica de España. Se pronuncia rápido, pero suena aún mejor. Y no era la primera sorpresa que este concierto tenía preparada.

La expectativa era enorme y Jaén respondió. Ni un asiento quedaba disponible para un evento de este calibrre. Eso sí, los alrededores, entre amantes de la música sin localidad y curiosos paseantes de la noche, se encontraban repletos. El concierto transcurrió con la tranquilidad que puede suponerse de una céntrica plaza a los pies de un templo como la Catedral: es decir, ninguna. Tan pronto como las primeras teclas comenzaron a sonar, las notas de Continente 27 invadieron todo el espacio. El segundo disco del pianista jiennense dejó atrás la suavidad para entrar con fuerza entre los espectadores.

Las intervenciones de los artistas invitados, Manuel Lombo, Olaya Alcázar y Ángeles Toledano, no hicieron sino añadir excelentes matices a un concierto inédito en la provincia. Fue fácil sentir la cohesión de unos músicos que, en su gran mayoría, (incluyendo al director de la filarmónica, Sergi Cuenca) han coincidido con Chico Pérez sobre otros escenarios. Al fin y al cabo, este artista jiennense, ahora afincado en Sevilla, ha traspasado las fronteras de esta provincia para equipararse a los más grandes. Sin embargo, hay algo en esta su tierra que nunca olvida, que siempre recuerda. Con multitud de escenarios por delante, siempre tuvo uno presente: el símbolo de su villa, el eterno diagrama de nuestro “skyline”. El beso del Renacimiento sobre un piano en su ciudad.