“Ecos y temple” retumban en el Concurso de Piano

Jorge Sastre es el creador de la obra obligada que se presenta este año

28 abr 2019 / 11:07 H.

Como cada año, la obra obligada para el Concurso Internacional de Piano “Premio de Jaén” se presento. Zulema de la Cruz, miembro de la Comisión Asesora del Premio Jaén, fue la moderadora de la presentación de la misma. A ella, como antigua profesora de Jorge Sastre, está dedicada la composición de este año y agradeció al autor este gesto. En su intervención, recalcó el gran esfuerzo que supone la organización de este concurso internacional, todos y cada uno de los 61 años que lleva, así como el enorme y rico patrimonio musical y cultural que supone para Jaén, defendiendo su existencia, ya que favorece a grandes compositores y músicos españoles actuales, creando un elevadísimo y envidiado nivel.

Dio la palabra a Pedro Jiménez Cavallé, musicólogo y compañero Asesor del Premio Jaén, quien agradeció al autor su obra, reconociendo que un tema fijo siempre limita el trabajo de composición y entraña gran dificultad en la creación. El tema base de este año se titula “Pucherete” y ha sido extraído del Cancionero Popular de Jaén publicado por Lola Torres. La canción se sitúa en Huelma, donde se cantaba cerca de la Navidad, aunque sin relación con estas fiestas. Este tema, además, es idéntico, con alguna variación vocal, a otro que García Lorca recoge 20 años antes, titulado “Los peregrinitos”, cuya letra es un romance. Los textos de las canciones no coinciden y solo la palabra “niña” aparece en ambas, desconociendo Lola Torres esta versión anterior. Presentando su obra, un cercano Jorge Sastre agradeció el honor y la responsabilidad al ser seleccionado. Nacido en la Comunidad Valenciana, la familia materna del compositor tiene sus orígenes en la provincia de Jaén y él se siente cercano a esta tierra.

Cuando explicó su proceso de creación remarcó que hizo un homenaje al brío, al nacionalismo español en autores como Albéniz o Falla. Sus influencias principales son la Computer Music con su simulación de resonancias y ecos, la música electrónica, las armonías contemporáneas e incluso toques de jazz desenfadados. Al dar las pautas para la interpretación, entiende que el virtuosismo absoluto debe estar al servicio de la expresión y concluye afirmando que es una obra donde hay drama, alegría, desenfado y pretende conseguir que los intérpretes muestren toda su técnica, el jurado pueda evaluarlos, así como el público disfrutar del concierto.