“Desplegando velas” o el papel de la mujer actual

Cristina Villanueva presenta su primer libro arropada por numerosos cambileños

03 may 2019 / 11:57 H.

La sala 75 aniversario de Diario JAÉN fue de nuevo punto de encuentro, en esta ocasión de la sociedad y la cultura, con motivo de la presentación del libro “Desplegando Velas”, de la periodista Cristina Villanueva. El director del periódico provincial, Juan Espejo, introdujo el acto, en el que hizo un llamamiento a los presentes, entre los que se encontraban numerosos cambileños, a hacer una reflexión en conjunto para construir una sociedad mejor. “Especialmente en Jaén, donde los índices económicos, sociales, culturales e incluso los deportivos no son los más altos”. También participó el alcalde de Cambil-Arbuniel, Miguel Ángel García, que se mostró orgulloso de participar en el acto y que definió como fundamental, más que necesario, el papel de la mujer.

A continuación comenzó el diálogo entre la redactora jefa de Diario JAÉN, Manuela Rosa Jaenes; la periodista de Canal Sur Ana Mercedes Cano, y la autora y periodista de La Sexta, Cristina Villanueva. “Confieso que he devorado el libro en unas horas, y me parece el ensayo más realista de la mujer actual, de la de antes y de siempre, de la de pueblo y de ciudad”, manifestó Manuela Rosa. También indicó: “La considero la biografía personal y más intimista de una plumilla que entrelaza su experiencia con el relato periodístico, de estilo indirecto, extraído del diálogo cara a cara con Zaida Cantera, Lucía Méndez, Carina Szpilka, Iciar Bollaín, Laia Sanz y María Blasco, protagonistas de un relato perfectamente hilado”, consideró. Una obra “a corazón abierto y cara descubierta, sin tapujos ni vergüenza”, en la que, puntualizó, Villanueva se descubre a sí misma en una obra de arte que, reconoció, hace que las mujeres se sientan identificadas.

Por su parte, Ana Mercedes Cano no ocultó su satisfacción por regresar al rotativo provincial en el que comenzó su trayectoria profesional, y de compartir el espacio en el que se dan cita tres mujeres de dos generaciones distintas. Todas periodistas, “la mejor profesión del mundo”.

“Dice Villanueva que las mujeres buscan hombres que aún existen, y los hombres mujeres en extinción. Asegura que cuando la igualdad ha sido una ilusión inexistente, cuando te das cuenta de que siempre serás menos, es el momento de luchar por las mujeres. En esas estamos quienes creemos en el neofeminismo”, manifestó, tras lo que confesó que ella misma creía que con trabajo e independencia económica las mujeres habían alcanzado la igualdad y el reconocimiento personal y profesional. “40 años después no solo no hemos avanzado en la lucha por la igualdad y para la ruptura del techo de cristal, sino que incluso el suelo es más pegajoso”, manifestó en referencia a términos usados por la periodista de Cambil en “Desplegando velas”. Aun así, se mostró optimista y confiada en que el movimiento en Estados Unidos y la reacción en España a la sentencia de La Manada sean irreversibles.

Cristina Villanueva confesó que el libro fue un viaje personal al interior para conocerse a sí misma y saber lo que había pasado en su vida: “En un momento dado, me sentí atascada, y me di cuenta de que cuando buscaba la razón de lo que había pasado y preguntaba a otras mujeres, ellas habían pasado por lo mismo”, apuntó. En este sentido, manifestó que en muchas cuestiones el libro es un intento de poner nombre a lo que pasa: “Porque hay estudios que lo apoyan, y hay un momento en el que todos explican por qué ser mujer resta”. Reconoció que presentar el libro entre los suyos le daba algo de pudor, puesto que en él que se desnuda mucho. “Es una historia muy personal”.

También apuntó a que le gusta que la gente que lo lee le diga que se siente identificada. “Las mujeres de mi generación pensábamos que la igualdad estaba conseguida, porque nos incorporábamos al mundo laboral. Pero resulta que ahí no ascendíamos y no sabíamos el motivo. Porque talento tenemos”, y en este sentido recordó que las notas que obtienen las mujeres en la universidad demuestran que están mejor preparadas que los hombres en muchas ocasiones. “Y hay una doble lectura, porque las mujeres somos igual de machistas que los hombres. Tenemos que aceptarlo e intentar mejorar entre todos. Porque el feminismo no va de guerras entre sexos, sino de luchar juntos. Esto una llamada a nuestros compañeros de vida a que nos ayuden, a que nos relancen y nos den la confianza”, indicó.

“Desplegar velas —continuó— es confiar en nosotras mismas, que no tengamos miedo, y olvidarnos del síndrome del impostor, uno de los términos que aparece en el libro, y que es la sensación de que no merecemos lo que conseguimos. Mi intención es que el libro sea un canto a la confianza personal de cada uno de nosotros”.

La periodista reconoció que no escribió el libro para sentar cátedra o para que sea “de cabecera”: “No pretendo cambiar el pensamiento de nadie por decreto. Propongo una reflexión conjunta, así que os invito a que lo leáis para que cada uno se forme su propia opinión, que ayude a cada uno a desplegar sus velas”.

Además consideró, a preguntas de Manuela Rosa y Ana Mercedes Cano, que el papel de los hombres es complicado: “Al igual que nosotras han saltado muchas barreras, y ellos socialmente no están reconocidos como padres y parece que tienen que llegar a un nivel alto. Mi agradecimiento va por delante, porque esto es una cuestión de equipo”, dijo. Para que las mujeres lleguen, manifestó, los hombres renuncian también a muchas cuestiones: “Pero eso se tiene que ver como un paso adelante”. Y consideró importante el hecho de que las mujeres no renuncien a nada, pero sí a hacerlo todo a la perfección: “De ahí que sea militante de Malas Madres”. En ese punto explicó otro término presente en su libro, el del “muro de cemento”: “Me refiero a barreras que nosotras mismas nos construimos, como ladrillos a nuestro alrededor, por el sentimiento de culpa porque dejo al niño con la canguro, porque no voy al teatro de los niños, porque me olvido de algún evento familiar porque disfruto de mi trabajo... Y a la inversa, de estar en casa y que se olvide mandar un mail... Cada culpa es un ladrillo que nos ponemos”.

Y habló del “suelo pegajoso”, en referencia a la apertura de puertas cuando una mujer triunfa pero las trabas que le ponen cuando la ven como una rival.