Canciones que llaman al recuerdo

La Gran Rockset ofrece un concierto en la Residencia Altos del Jontoya

05 oct 2019 / 16:37 H.

Sin duda, los protagonistas fueron ellos. Las personas mayores de la Residencia Altos del Jontoya de la capital irradiaron felicidad junto a su familia y trabajadores del centro. La caída de la noche trajo consigo una deliciosa velada, en la que la música se apoderó del pórtico de la residencia, desde donde se emitió una energía desbordante que emanó de catorce músicos. Numerosos instrumentos, vestuarios destellantes y luces coloridas ofreció la Gran Rockset. Desde las nueve y media de la noche, todos los asistentes quedaron inmersos en una fiesta en la que, como no podía ser de otra manera, los mayores recibieron un homenaje deslumbrante. Este concierto fue el broche de oro a la celebración del décimo aniversario de la residencia, gestionada por Edad Dorada Mensajeros de la Paz. No faltó el tinte benéfico, puesto que no se ausentó en ningún momento una entregada barra solidaria. En el primer pase, la orquesta ofreció una ronda de pasodobles, y que trasladó al público congregado a aquellas tardes de verbena y alegría sin igual. Capote de grana y oro sonó en una noche en la que el folclore también tuvo espacio. No podía faltar a la cita. Casi con certeza el público la esperaría con ansia para dejarse llevar por ella. No se hizo demasiado de rogar, Mi gran noche despertó el espíritu fiestero de todo espectador. El mítico tema de Raphael dio paso a otros muchos que sirvieron para rememorar recuerdos y vivencias juveniles, en las cuales, algunas canciones se guardan en un hueco especial del corazón por formar parte de algo grande. Llegó el turno de la década de los ochenta y noventa, espacio temporal al que pertenecieron muchos de los temas musicales más escuchados y bailados en las discotecas por la familia y los trabajadores de la residencia. Hubo para todos los gustos y edades, puesto que la Gran Rockset no escatimó en dar lo mejor de sí. Tampoco se quedó corta en vestuario, puesto que un total de veinticinco cambios de atuendo se sucedieron en el concierto. Una performance con el público, así como una puesta visual que animó a mantener la atención hasta el final. También hubo una puesta en escena que emulaba el arte circense que llenó de colorido un espectáculo cautivador.