BaezaFest da un cierre a la altura del certamen

El festival clausura su edición con el concierto de la Joven Orquesta de Jaén

25 jul 2025 / 12:00 H.
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Baeza vivió una clausura memorable de su festival BaezaFest con un concierto a cargo de la Joven Orquesta de Jaén. La formación volvió a protagonizar, como ya hizo el año anterior, el acto final de esta cita cultural para consolidar una fórmula que conectó con el público local. La actuación tuvo lugar en el patio de la Antigua Universidad, un enclave que aportó belleza y solemnidad a una noche dedicada a la música sinfónica. Alrededor de 150 personas se congregaron para disfrutar del repertorio escogido y despedir así una edición del festival marcada por la calidad y la participación. La batuta la llevó Rafael Torres, director habitual de la orquesta, quien guió a los jóvenes músicos con soltura y expresividad. La solista de la noche fue María Castillo Mora, clarinetista que se alzó con el primer premio del concurso BaezaFest 2024, galardón compartido con otro intérprete.

Castillo Mora asumió el protagonismo de la primera parte del concierto, dedicada al “Concierto número 1 para clarinete y orquesta en fa mayor” de Carl Maria von Weber. Desde el primer movimiento, “Allegro”, quedó patente su solvencia técnica y su capacidad para dialogar con la orquesta.

La joven intérprete mostró un control absoluto del instrumento, equilibrando pasajes de gran virtuosismo con otros de carácter más expresivo. La complicidad entre ella y el director se hizo evidente en cada transición dinámica y fraseo compartido. En el segundo movimiento, “Adagio ma non troppo”, la clarinetista ofreció una lectura íntima y emotiva, que arrancó aplausos espontáneos incluso antes de finalizar la obra. La conexión con el público fue inmediata, reforzada por la cercanía del espacio escénico. El tercer movimiento, “Rondo. Allegretto”, sirvió como broche a una primera parte intensa y vibrante. Castillo Mora se despidió entre vítores tras un solo lleno de energía, precisión y musicalidad, ratificándose como una gran promesa del panorama andaluz.

La segunda parte del programa empezó con el primer movimiento “El mar y el barco de Simbad”, destacó por la riqueza de matices y el cuidado equilibrio entre las secciones instrumentales. Las cuerdas crearon una atmósfera envolvente, mientras los metales y la percusión aportaron fuerza narrativa al enclave sinfónico. A continuación, en “La historia del Príncipe del Calendario”, la orquesta exploró paisajes sonoros exóticos y contrastes dinámicos que evocaron los giros inesperados del relato. La dirección de Torres mantuvo la tensión dramática con claridad y precisión. “El joven príncipe y la joven princesa”, tercer movimiento de la suite, presentó un tono más lírico y melódico, donde las maderas y los violines brillaron con luz propia. La interpretación fue especialmente delicada y contenida, generando una atmósfera de ensueño.

El clímax llegó con el cuarto movimiento, “Festival en Bagdad”, en el que la orquesta desplegó todo su potencial expresivo. La narración musical del naufragio, con el barco estrellándose contra el acantilado coronado por un jinete de bronce, resultó impactante. El público, visiblemente emocionado, premió la interpretación con una larga ovación de pie. Los aplausos prolongados cerraron una velada donde la música se convirtió en vehículo de emoción compartida y celebración cultural. Este cierre reafirmó la apuesta de BaezaFest por ofrecer espectáculos de alto nivel artístico con intérpretes jóvenes de la provincia. La respuesta del público confirma el acierto de mantener este formato para las futuras ediciones. La combinación entre la música clásica y el enclave mágico fue un coctel perfecto para el cierre del certamen de esta celebración.

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